Pepe Espinosa sobre escribir comedia, trabajar en equipo y ver caricaturas
Pepe es director de Zares del Universo, productor de televisión, director creativo, guionista y creador. Hablamos sobre un programa de televisión en el que fallamos juntos, trabajar en equipo, escribir comedia, lidiar con la frustración, escuchar a los Beatles y ver caricaturas.
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RLC: Pepe Espinosa, gracias por estar en el pod.
PE: Un placer, un placer estar aquí, desde México para el mundo.
RLC: Normalmente empiezo con preguntas y normalmente yo nunca hablo mucho en este podcast, pero tú y yo nos conocimos porque un canal de televisión nos juntó para hacer un proyecto en YouTube que fracasó rotundamente.
PE: Exactamente, a la lista de fracasos.
RLC: Uno más de la lista de fracasos. Pero creo que fue mi culpa que haya fracasado rotundamente.
PE: No, creo que fue una serie de factores de fracaso. Tú y yo tuvimos una parte de culpa, quien nos juntó tuvo otra parte, pero al final creo que no había una idea clara de hacia dónde íbamos y qué queríamos hacer, y la fuimos descubriendo... Más bien, nunca la descubrimos, la fuimos tratando de descubrir, cosa que nos llevó al fracaso totalmente.
RLC: Por mi parte yo aprendí de ese proyecto a no tomarme tan en serio a mí mismo y creo que valió la pena solo por eso. Y luego me hice muy fan tuyo y fan de Zares del Universo, y hace unos meses reencontré tu bonita voz escuchando un podcast que creo que no mucha gente conoce que es Instante Gatillo.
PE: Ah, correcto, sí, sí.
RLC: Y dije “¿por qué no he hablado con Pepe hace tanto tiempo?” Y henos aquí.
PE: Qué bien que nos unió Instante Gatillo.
RLC: Así que, primera pregunta: ¿qué es lo que hace que algo sea chistoso?
PE: Me parece que tiene que tocar algo que a ti te mueva. Lo más difícil de la comedia es cuando tratas de unificar que algo sea chistoso para todos. Tienes que tomar en cuenta que va a ser chistoso para algunos y a lo mejor va a ser incómodo para otros, a lo mejor va a ser ñoño para otros. Pero cuando tú dices “yo soy esta persona, yo quiero escribir para este entorno, este grupo de personas que comparten conmigo eso que les hace reír” es donde ya encontraste tu meta. ¿Qué hace que sea chistoso? Generalmente que tenga los mismos códigos compartidos. Por ejemplo, ¿por qué un meme es muy chistoso? Porque hay mucha gente que comparte esos códigos. Que algo sea chistoso tiene que ver con eso, con los códigos compartidos de cosas que tú viviste o que tú identificas como propias de algo que conoces. Es ahí porque tiene que ser como muy local la comedia
RLC: Tradúcelo como a algo que estás escribiendo. Cuando estás escribiendo para determinado proyecto, ¿cómo sabes cuándo te topaste con algo que da risa?
PE: El primer termómetro es que te dé risa a ti, o por lo menos que hayas probado con la experiencia que da risa. Hay un grupo de escritores con los que yo trabajé en algún momento que son escritores encumbrados de la comedia mexicana televisiva como más popular, y ellos tienen ya una serie de fórmulas, de hacer reír, cosas que ellos hasta bautizaron, una regla de tres, un giro de madezco. Una serie de cosas que remiten al escritor que la inventó o que remiten a una fórmula en la que alguien, uno de los personajes, evidentemente, te hace reír de cierta manera. A lo mejor tiene que ver con la estructura, o a lo mejor tiene que ver con un defecto de carácter del personaje, pero que son cosas que ya tienen en ellos súper, súper establecidas y me parece que ese es el lugar donde menos me gustaría caer. ¿Por qué? Porque se vuelven muy hacer tortillas. Se vuelve muy ah, ok, aquí le cambio el nombre Lupita por Jacinta y funciona igual y es la misma estructura. Y si te fijas, mucho de la comedia televisiva está muy centrada en el mismo tipo de estructura.
RLC: Es como una ecuación.
PE: Es una ecuación cómica, por así decirlo. Entonces eso se traslada a cualquier cosa, a lo político… Ahorita está de vuelta en México El privilegio de mandar, una serie que hace 15 años se burlaba mucho de Fox cuando estaba en su sexenio y ahorita se burla respetuosamente de quien se tiene que burlar, y digamos que identifico la misma estructura en esos programas. ¿Cuándo te encuentras con algo que es chistoso? Vuelvo a lo mismo. Para mí no es chistoso ese tipo de comedia, sin embargo, hay cosas que me parecen súper chistosas de otra comedia con la que no comparto yo vivencias pero sí comparto códigos, y tiene que ver con cosas más como algunos standuperos o incluso cosas tan encumbradas como SNL. No en todas sus versiones, en algunas muy específicas no.
RLC: Si pasas todo el día pensando en ser chistoso en la radio o en tus podcasts, o para las cosas que escribes para otros proyectos, cuando llegas a tu casa en la noche ¿ves puros dramas o te quieres reír otra vez?
PE: Curiosamente casi no consumo comedia. Consumo muchas cosas más como de drama. Me encantan los documentales, me encanta la realidad, me encanta la estructura de la realidad. Y eso es lo que cuando tengo tiempo libre, lo que abarca mi tiempo libre es a lo que realmente estoy consumiendo todo el tiempo. Ahora, cuando logro encontrar algo que me hace reír dentro del documental, me encanta. Hay muchas maneras de hacerlo, desde los mockumentaries, documentales falsos, y que desde esa falsedad y con esa estructura hacen que algo se vuelva todavía más chistoso. Seguramente tienes fresca esta referencia de Don't Look Up, esta película sobre que va a caer un meteorito del cielo y nadie cree y es como una burla a nuestra sociedad hoy, ese tipo de comedia es justo la que se me hace reír, que no es como el remate, el chiste, chiste, chiste, remate, sino más bien es una sensación que permea toda la narrativa, que realmente todo el tiempo te va aflojando y te va dejando susceptible a reírte con cualquier cosa que se sienta como un remate.
RLC: ¿Qué piensas de la idea del comediante torturado? Como del payaso triste.
PE: No tengo un ejemplo de algo que esté entre mis top diez de favoritos que tengan que ver con ese personaje. Me gustan más aquellos que… O sea, por ejemplo, hablando un poquito cercano, que a lo mejor estoy distante en la concepción que tú tienes de lo que me acabas de plantear, pero un poquito de manera circunstancial, lo que hizo Bo Burnham en lo de Inside, que me parece una genialidad, porque a mi las canciones cómicas me encantan. Es más, si pudiera yo elegir un talento así de un catálogo que Dios tiene en un cajón, elegiría poder hacer comedia con música. Y este wey, que está viviendo lo mismo que nosotros, está como torturándose porque está en un momento de su vida, en un momento de su cuerpo, en un momento de su entorno, que no necesariamente es cómico y poderle sacar lo cómico, ahí sí me identifico y ahí sí me gusta, pero creo que es el único ejemplo que tengo de botepronto de esto que me planteas.
RLC: ¿Crees que uno puede ser escritor de comedia o comediante si uno piensa que el mundo y las personas que lo habitan son, en general, buenos?
PE: No, no, porque creo que te vas quedando... O bueno, tal vez sí. A lo mejor me adelanté a contestar, pero creo que es muy rica la veta de la malicia. Creo que necesitas la malicia para ser comediante, porque al final es burlarse de ti y de los demás, de una situación del entorno. La malicia pocas veces es compatible con la verdad, con la bondad absoluta o pura. Incluso cuando sales con alguien, ya sea amigos o una pretensión romántica, en lo particular, me gusta que tengan cierta malicia, porque sé que eso abre la puerta a conversaciones o momentos, o a la unión en un plano de personalidad que si no lo hubiera, la malicia me refiero, pues sería imposible. Entonces me parece que el comediante sin malicia y por lo tanto el comediante bueno per se, pues no es compatible tampoco.
RLC: ¿Dónde crees que reside o de dónde crees que viene tu chistoseidad?
PE: Yo creo que de tener amigos. De tener amigos que privilegiaban el chiste sobre otras cosas. Es decir, algún día con un grupo de amigos pusimos una regla, o más bien una como escalera de prioridades, y la que estaba hasta arriba era el chiste. Si tú perdías una oportunidad romántica, dinero e incluso una buena relación con un amigo por un chiste que obviamente era mejor que todo eso, primero iba el chiste y vamos, lo usábamos como pretexto. Recuerdo muy bien que a un amigo le puse una vez un plátano en una mochila en un lugar en el que sabía que no lo iba a ver en semanas. Y así pasó. Y un día estábamos justo en el radio y olía asqueroso, y fue y empezó a sacar todo de su mochila y encontró un plátano que llevaba días y días en estado de putrefacción y wey fue… Y él emputado de “wey, mi computadora la tengo que llevar a arreglar, esto valió madres” y mi salida de esa situación fue “wey, fue un chiste. Perdón, a lo mejor ya no vas a ser mi amigo, a lo mejor tu compu va a valer madres, pero wey, fue un chiste que fue perfecto”, “la neta sí”, “ok, va, ni modo”. Entonces, tener ese entorno de amistad en el que se privilegia tanto el chiste por el chiste, medio te está todo el tiempo provocando a que te vuelvas bueno en eso. De ahí viene mi necesidad como de ocupar el silencio y las situaciones con algo que resulte medio cagadon.
RLC: Eso me lleva a otra pregunta, porque cuando uno trabaja en la televisión o cuando uno trabaja en los medios, aprende a pasar mucho tiempo en el coche o en los aeropuertos o en las carreteras. Entonces siempre me gustaba ir con los camarógrafos que eran más divertidos o el ingeniero de audio que mejores historias contaba en la carretera de nueve horas que nos íbamos a echar, porque da lo mismo si la chamba sale bien, hay que disfrutarla un poco. ¿Es algo que privilegias en la gente con la que trabajas, sobre todo cuando vas a pasar mucho tiempo?
PE: Ahorita estoy preparando el Mundial de Qatar, o sea, nos vamos a ir cinco semanas a Qatar y tengo que formar un equipo de siete personas que obviamente tienen que tener esas cualidades técnicas, tiene que ser un buen camarógrafo o realizador, o fotógrafo, o lo que sea. Pero la decisión de a quién me llevo sí está influida en gran medida por qué tan cagado va a ser estar con esa persona seis semanas. O sea, finalmente porque en ese entorno extremo es convivencia, pero también es chamba, pero también es desvelos, bla, bla, bla. Entonces, si hay algo que defina muy bien… Más bien, que me ayude a definir muy bien a quién llevarme, es qué tan bien me la puedo pasar con esa persona. Obviamente, pues hay momentos en que este es el mejor fotógrafo y es una piedra y es más cagado un cenicero. Ah, bueno, pero el mejor fotógrafo. A lo mejor no convivimos mucho con él, pero va a verse chingón lo que grabemos.
RLC: Como paréntesis, ¿estás más preocupado por las tonterías que van a hacer en el Mundial de Qatar que las tonterías que han hecho en otros Mundiales? Nada más por la naturaleza de Qatar, como un país que no respeta los derechos humanos y es terriblemente autoritario.
PE: Sí. Mira, hay tres cosas que me preocupan de este Mundial. La primera tiene que ver con una salida de mi zona de confort. Yo desde el primer Mundial que fui, que fue 2006, fui como parte del equipo creativo y de realización de Facundo, que también es mi amigo. Es Facundo el conductor, que ya mucha gente lo conoce y que tiene cierta personalidad y que con él comparto muchos códigos y chistes, de hecho ese fue el wey que le metí el plátano en la mochila. Y digamos que por azares de la vida o por situaciones profesionales, él va a acabar haciendo el mundial con Televisa y yo con Azteca, haz de cuenta. Entonces vamos a estar en equipos no sólo distintos, sino casi, casi competidores. Casi en todos los lugares a los que hemos viajado juntos con el equipo cuando estaba con Facundo hemos tenido algún roce con la autoridad. Estuvimos un rato detenidos en Cuba, también en Londres, a él se lo llevó la policía por meterse a una fuente. En Alemania también se lo llevaron. O sea, vamos, siempre hemos tenido roces, pero siempre cuando estás en un país como Inglaterra o como Alemania, intuyes un poco los límites. La onda de Qatar es que no sabes los límites, o por lo menos te informas de una manera directa con la embajada, que siempre va a tratar de atenuar las preocupaciones más reales que tienes como de “oye, vamos con dos chicas, ¿pueden o no salir en falda?”. Esas son las preguntas en las que estamos ahorita ocupados, wey. O sea, quiero tener una lista muy clara de dos and don'ts porque no quiero para nada tener una historia que contar respecto a la policía de Qatar, la autoridad de Qatar y yo. No quiero ese tipo de mezcla, entonces es la segunda parte que me incomoda. Y la tercera es que también tengo que formar un equipo en el que por primera vez yo seré la cabeza más clara y quien tenga la última palabra en las cuestiones aburridas que son las presupuestales, las logísticas, las decisiones de producción extremas, ese tipo de cosas que le van quitando foco, protagonismo a la parte que a mí más me gusta, que es la parte de “hagamos un chiste de esto”. Entonces ahorita ya tengo que producir cinco equipos, cinco personalidades que van a estar en pantalla y que unos hacen cosa más documentaleras y otros hacen cosas más de comedia que no es mi comedia, entonces tengo que tener la posibilidad de ser mucho más versátil y esa es mi tercera preocupación con ese proyecto en específico.
RLC: ¿Crees que el humor tiene límites? ¿Hay cosas que los comediantes y los escritores de comedia deben esquivar por completo?
PE: Sí, sí, por convicción propia y dependiendo del tiempo. No el tiempo social, no es lo que convenga más en el entorno social del momento, sino más bien por quién eres cuando escribes en relación con la sociedad o con el entorno. Por ejemplo, hay cosas que ahorita que escribí hace 15 años que yo digo “ya ni se me hace cagado, se me hace muy gratuito”, ya sabes, ya es el chiste por el chiste. Y hay gente que sabe que yo le escribí que dice “qué cagado está eso”. Yo ya no coincido. Entonces yo no creo en esa onda de que el entorno te limita de una manera en la que no puedes hacer comedia, sino más bien es a ver, sí, hay ciertas convenciones del momento y del entorno en el que tú y quién eres tú en ese momento tiene que aprender a interactuar y tienes que encontrarte a ti mismo, por más cursi que suene la frase, pero tienes que encontrar quién eres tú en ese momento y cuál es tu manera en que quieres empujar esos límites. E insisto, vuelvo al origen. Si te sigue dando risa a ti pues hay un camino porque te va a hacer feliz.
RLC: Pero me gusta mucho esa idea de evolucionar, incluso como persona que ve los programas de tele o como persona que escucha los chistes. Me gusta mucho pensar que cuando yo tenía 16 me daba mucha risa el Changoleón, por ejemplo, igual y ahora ya no me da tanta risa.
PE: Igual, igual. Y a mí me daba mucha risa ¿sabes qué? En algún momento me daban mucha risa los enanos. Yo pensaba que los enanos tenían una virtud de hacer cagada cualquier situación. Entonces era como que “estamos en una junta y entra un enano en traje”. Ya hay un chiste. Y entonces esa idea mucha gente se la quedó, como que “Pepe = se ríe con enanos”. Aún hoy me llegan videos de amigos o de amigos de otra época y ya lo veo y digo “no, no, ya no me da ese pedo de qué cagado, wey, un enano en bikini”. O sea, ya no toca un punto en mí en este momento, pero pues vas arrastrando quién fuiste y la gente sigue de esa manera. Y por eso a veces es bien injusto juzgar por algo que hiciste en el pasado, como de “eres un misógino”. Sí, a lo mejor hice un chiste misógino hace 15 años, pero no necesariamente pienso eso hoy.
RLC: ¿Cuál crees que es la diferencia entre hacer algo entretenido y hacer algo chistoso?
PE: Hacer algo entretenido es más fácil porque hay más maneras de llegar a lo entretenido que maneras de llegar a lo chistoso. Y vuelvo a como iniciamos, lo chistoso sí tiene que ver con este tic tac que tienes dentro, que el público tiene dentro. Por eso hay congregaciones alrededor de cierto standupero, pero hay programas de televisión que reúne ante la pantalla todavía a 2 millones de personas, porque está entretenido, como La casa de los famosos, pues está entretenido ver como Laura Bozzo se pelea con no sé quién porque te entretiene, está ahí, está cagado y hay ciertas códigos para hacerlo más entretenido. Que haya una consecuencia de la pelea de Laura Bozzo con no sé quién y que salga de la casa o no, o sea, hay maneras de hacer entretenimiento. A mí me gusta mucho hacer entretenimiento y creo que sí tengo muy metido en la cabeza el hecho de que ciertas cosas tienen que ser entretenidas, la estructura de a veces hasta podcasts que hago de nada, de plática con amigos o una plática o cómo te cuento cierta cosa. Está siempre… ¿Cómo se puede decir? Como influido por esta necesidad que tengo de hacerlo entretenido y una necesidad que obviamente he tenido que ir haciendo parte de mi profesión. Entonces, cuando se está haciendo un programa dices “no está entretenido wey”. O sea, puede que a lo que llegas es lo que quieres decir, pero no está entretenido. Eso es lo peor que te puede pasar, porque quiere decir que está aburrido lo que estás haciendo. Y esa sí es la kriptonita de cualquier creador de contenido, sobre todo en esta época.
RLC: ¿Por qué tantos comediantes antes de ser comediantes o antes de escribir comedia, sobre todo en México, trabajaron haciendo publicidad?
PE: ¿Standuperos, no?
RLC: Hay muchos standuperos. Pero también hay escritores de tele y algunos que acabaron produciendo, pues como tú, que hicieron publicidad antes.
PE: Pues porque la publicidad también es una ventana para entretener. Básicamente la publicidad es “ok, entretiene y da un mensaje y al final logra vender esto”. Es como también esta aritmética. Yo creo que muchos de los que sueñan con crear empiezan creando publicidad porque es lo que tienen más a la mano y también te va dando como cierta estructura y al final cuando se sienten listos pues vuelan a otros entornos y es más fácil dar ese paso a cuando vienes de cero. Incluso creo que el paso más fácil es de la publicidad al entretenimiento que al revés.
RLC: ¿Quién es tu Beatle favorito?
PE: Fíjate que he cambiado. Yo soy un beatlemaniaco real desde hace mucho tiempo, desde los 12, y en una época de mi vida, mucho tiempo, fue John. Si tuviera que dividir el pastel de mi fanatismo beatle en un entero, el 60% John, el 20%, Paul, el 20% George. Ringo me cae poca madre, pero nunca será mi favorito. Y digamos que el documental de Get Back, que seguro viste, me hizo apreciar mucho más a Paul McCartney. Sí lo vi como el alma del pedo y como la locomotora de ese tren. Obviamente, a lo mejor en otros momentos es distinto, pero para lo que al final acabó siendo la obra Beatles, yo creo que ahorita estoy en la época en que digo “Paul McCartney estaba muy cabrón”.
RLC: Sin tomar en cuenta tu favorito o lo que más te guste, ¿cuál de los cuatro tuvo la mejor carrera post Beatles?
PE: Definitivamente Paul McCartney. No sólo porque fue mucho más larga que la de John y George. Si nos fuéramos a cosas como “¿qué canción te hubiera gustado escribir a ti de una carrera post Beatles?” podría escoger tres de John, tres de George antes de cualquiera de Paul.
RLC: A mí me hubiera gustado escribir Watching the wheels.
PE: ¿Por qué?
RLC: No sé, me gusta muchísimo. Igual y es porque ahora no hago nada más que ir al pub todos los días y leer libros en las mañanas, es como salirte de la carrerita, salirte de “tienes que hacer primero esto y luego tienes que hacer esto otro y luego tienes que hacer esto otro y luego vas a ser el jefe de todos estos y los puedes tratar igual de mal que te trataron mal a ti” y es como “no, hay otro camino”. Por eso te digo que estoy mucho más relajado con la vida.
PE: Sí, sí, totalmente, sí te noto más joven, incluso, mucho más joven. O sea, como que sí ha influido eso en tu aspecto físico.
RLC: Eso también es que no me alcanza para comer mucha proteína.
PE: No sé si has visto este documental de Mark Ronson. Salió en Apple TV y se llama Watch the sound. Básicamente es Mark Ronson, este productor musical que está detrás de la obra de Amy Winehouse, por ejemplo. Y él va explorando una parte de la música en cada capítulo, como el reverb. Así es un capítulo, Reverb. El otro es así como que Samples. Lo que hizo es que el wey es un experto musical muy cabrón, te das cuenta ahí, y hace exploración técnica, exploración también como de la historia de cómo llegamos a eso. Y ahí entrevista y sienta a Paul McCartney y sienta a los más cabrones, y lo que hace ahí es explorar cómo es que ellos llegaron en un momento a lo que llegaron, que hoy lo damos por sentado. Y te das cuenta de que todo siempre es juego. Todo el mundo estaba jugando. Y me parece que, volviendo un poquito el tema de los Beatles y a la comedia también, si tú empiezas jugando, acabas en algo que a lo mejor se vuelve historia. Entonces Paul McCartney empezó jugando con muchas cosas que hizo en los Beatles y te das cuenta ahí, y luego ya en su carrera solista lo hizo. Pero también cuando empiezas jugando… Todas las cosas que yo escribí en comedia que hoy tienen cierto, por lo menos relevancia en la cultura pop mexicana, y lo pongo así en ese fondo, así a lo muy local, empecé jugándolo. Hay un personaje que hacíamos, y digo hacíamos porque yo lo escribía y Facundo lo interpretaba, que se llamaba Juan Samperio, que era un viejo. Entonces este wey partía de esta premisa de “soy viejo, puedo hacer lo que quiera”, entonces no tenía límites. Y empezamos nosotros un juego cuando estábamos en los Juegos Olímpicos de Londres, precisamente 2012, que era damos un q que era como un McDonald’s, y todo lo que teníamos que hacer era agarrar el McDonald’s como el inicio de la historia y tenías que continuarlo con “lo recuerdo perfectamente”, y luego tenías que contar la historia más extrema que se te ocurriera desde el punto de vista de este personaje Juan Samperio que uniera a McDonald’s y que uniera un recuerdo de algo que hizo con voz de Juan Samperio. Y ahí nació la voz, que era una mamada, era una mala imitación de un viejo hecha por weyes de veintitantos años. Entonces era como “ah, McDonalds, lo recuerdo perfectamente, ahí le hice el amor a mi primera prostituta”. Era a ver hasta dónde lo puedes llevar, wey. Y realmente era todo el camino de regreso al hotel hablando de algo que inició con “ah, McDonald’s, lo recuerdo perfectamente”, o “ah, un indigente, lo recuerdo perfectamente” y era un juego. Cuando llegamos a México y nos obligan a matar a Jaime Duende y a otro personaje que teníamos porque no puede salir, dijimos “nuestra única ruta para seguir haciendo lo que queramos es inventar otro personaje que tenga otros vicios de carácter y que nos divierta igual hacerlo”. Y así fue como nació Juan Samperio, que era no alcohólico pero sí viejo. Entonces se permitía o se daba las mismas concesiones sociales que tenía el primer personaje y nació de un juego.
RLC: ¿Qué podemos aprender para la vida de Facundo?
PE: Yo creo, te digo de manera personal, los huevos que tiene para hacer las cosas. No he conocido ningún profesional de salir en la tele, con lo que ello implica, no estoy diciendo conductor ni comunicador, estoy diciendo un profesional de salir en la tele, que tenga más huevos que ese wey, porque sabe que al final lo que importa es el contenido, wey, el desmadre, el chiste otra vez.
RLC: Trato de no pasar mucho tiempo en Twitter porque es malo para mi salud mental, pero…
PE: Ya sé, ya sé, ya pasé por eso.
RLC: …algo que me gusta mucho de Twitter es el meme de Facundo bueno y Facundo malo.
PE: Y aparte él también lo usa. El que ustedes conocen como Facundo malo también lo disfruta. O sea, ya hizo de eso un chiste local, familiar.
RLC: Cuando tienes que escribir algo para un cliente, para uno de tus proyectos, para ti y se está acercando el deadline y no ha salido la inspiración y la creatividad, ¿qué estrategias tienes como para forzarla?
PE: La primera estrategia es dar lo necesario para que otras áreas trabajen. Ejemplo: “oye, la gente que se encarga de las locaciones, los props y el vestuario quieren saber qué vamos a hacer”. “Ah, bueno, vamos a grabar en un McDonald’s con un traje de viejo”. Entonces ahí lo que voy a hacer es utilizar esa materia prima para obligarme a caer en algo. O sea, que la creatividad llegue con base en esos límites. Los límites ayudan a la inspiración. Cuando tienes algo tan abierto, es más difícil centrarte en algo concreto. Entonces, muchas veces así funcioné, incluso todavía hoy, cuando no llego y sé que los demás están ahí esperando, porque cada área está en lo suyo. O sea, yo tengo que conseguir esto y me estás cortando mi ventana de tiempo para conseguirlo si te tardas con tu guión, a mí la inspiración me vale madres, ¿qué tengo que ir a conseguir a La Merced ya? Entonces primero es quitarme la presión de eso y ya después, con lo que yo establecí como necesidades básicas, obligarme a que algo salga. Y luego también sirve mucho ver cosas, ver cosas y ver cosas que te den una sensación. Cuando tienes bien claro que quieres que se sienta, tienes más clara la ruta para llegar ahí. Entonces, por ejemplo, ahorita tengo una cosa que me trae así haciendo pensar, tengo que pensar en cómo le hago para crear una pieza que anuncié unas playeras de futbol y tengo ciertos ingredientes wey, pero no he llegado al punto. ¿Qué es lo que tengo en mi lista por hacer? Voy a ponerme a ver cosas para sentir cosas.
RLC: ¿Igual esta pregunta es medio de Martha Debayle o Toño Esquinca de autoayuda, pero ¿cómo manejas la frustración cuando algo no está saliendo bien o cuando algo salió mucho peor de lo que te imaginabas? ¿Cómo manejas la frustración?
PE: Va a salir también muy Martha Debayle o muy Toño Esquinca mi respuesta, pero por ejemplo, también el nivel de frustración o las cosas que te frustran depende de quién eres en ese momento. Antes me frustraba mucho que me cambiaran chistes o que me cambiaran cosas de un guión, sobre todo cuando tenía jefes, cuyo expertise no era, desde mi punto de vista, la comedia, sino más bien como no sé, la logística. Una productora, que es una de las mejores productoras con las que yo he trabajado, a veces me decía “ay, Pepe, es que este guión no lo siento tan cagado, no va a funcionar, cambiémoslo”. Y yo decía “no, si va a funcionar, obvio está cagado por esto y esto y esto”. Y en esa conversación me daba cuenta que era una cuestión de percepciones y que no iba a estar cagado para ella nunca. Sin embargo, ya sabía que el público que teníamos alrededor sí lo iba a apreciar. Entonces yo agarraba la tarjeta de “cree en mí en esta y si no funciona tienes tres tarjetas de veto para las siguientes tres cosas que yo quiera defender”. Entonces me frustraba mucho eso y trataba siempre de darle vuelta, y a veces me enojaba porque no había cómo cambiarle las cosas de la mente a la gente. Y pasa muchísimo con clientes. Cuando llegas a la certeza de que toda la chamba que estás haciendo para un cliente es una chamba por encargo, incluso hay esa figura legal, tú que has hecho contratos como “trabajo por encargo”, entonces te encargan hacer diez guiones de esto para comunicar esto y no involucra sentimientos en cómo está hecho. Y si te dicen “hay que cambiar de tal cosa”, va. “Ay, ese chiste no funciona, mejor una cosa que suena más como esto”, “ah, ok, va”. Y te quitas un gran peso de encima. Eso ya no te frustra porque sabes que es una parte de chamba. Ahora, cuando tú sí involucras como tus propias expectativas artísticas por ponerlo en términos más entendibles en un proyecto que sale mal es más difícil lidiar con la frustración porque al final te obligas a hacer un trabajo introspectivo de “¿en qué la cagué?”. Siempre lo primero es “¿en que la cagué, qué hice mal?” y te das cuenta de que puedes incluso llegar a algo como “la cagué en elegir este wey para hacer esto, la cagué…” Pero al final es que tú la cagaste, wey. Sí hay momentos de que “la cagó este cabrón cabrón”, pero detrás de eso también hay una responsabilidad tuya en si elegiste o no, en si lo brifeaste bien o no, en si checaste todo lo que tenías que checar o no. Al final, cuando llegas a ese punto en el que ya no estás haciendo un trabajo por encargo, la frustración siempre recae en ti y creo que la única manera de lidiar con ella es “¿qué puedo aprender de esto?”
RLC: ¿Y qué haces diferente a otros productores o a otros ejecutivos de tele o a otros creativos a la hora de valorar talento? Y cuando digo talento no me refiero a talento de Televisa, de los que salen en frente de la cámara, sino a todos los demás. O sea, ¿cómo o en qué te fijas para decidir si una persona es buena para lo que quieres que haga?
PE: Es justamente tener muy claro qué quiero que haga. Y vuelvo al ejemplo del equipo para Qatar, privilegiar lo que necesito sobre lo que quisiera. Y a veces vas a acabar con el equipo que no es el que quisieras, pero es el que necesitas. Entonces, ¿qué hago yo diferente? Que sí trato de que el equipo tenga una motivación. O más bien, me gusta que el equipo tenga una motivación legítima, propia para hacer lo que está haciendo. O sea, yo he trabajado con equipos que están centrados en una autoridad a la cual le tienen miedo y a la cual tienen que reaccionar de cierta manera y con la cual nunca argumentan porque lo que diga esa persona es lo que se tiene que hacer. Y eso sí es un factor. ¿Por qué? Porque alguien que no está dispuesto a argumentar, aún sabiendo que lo que se está imponiendo no es lo mejor, habla de una persona que no tiene huevos, básicamente, entonces, en un momento tú te puedes estar equivocando y te va a decir que sí. Entonces creo que sí tengo los ojos muy abiertos a la hora de decir “yo no quiero que me digan que sí a todo, quiero que me convenzan de que estoy mal cuando estoy mal”, y que cuando yo argumento o contraargumento algo que ellos quieren imponer, tenga yo la certeza de que realmente estaban mal y no solamente porque yo les dije que estaban mal, entonces creo que lo que hago diferente es que tengo eso muy consciente y que me gusta también crear equipos de gente poderosa y de gente, como dije, con huevos.
RLC: Tú haces algo que es muy difícil porque eres el jefe en algunos proyectos o eres el encargado en algunos proyectos, pero también te llevas muy bien con los clientes y con la gente de tu equipo y con el talento, etcétera. ¿Cómo le haces o qué estrategias tienes o qué herramientas tienes para fomentar como “trabajo en equipo sí, pero también a veces alguien tiene que tomar la decisión”?
PE: Pues mira, esto tiene que ver con muchas cagadas que yo hice, o sea, varios errores que cometí en cuanto a dejar muy gris el área de la amistad y la ¿cómo se puede decir? Como la jerarquía. ¿Por qué? Pues porque a veces quieres seguirle cayendo bien a tus cuates de la chamba y a veces en ese querer seguir cayendo bien pues no impones cosas que tienen tiempos, entregas, consecuencias de cosas que estuvieron mal hechas y el no imponerlas y no ser bien claro en ellas realmente crea la tormenta perfecta para el desastre. Porque al final, pues todo el mundo se cree que mientras esté cerca de ti está protegido, mientras esté cerca de ti y sean cuates pues no tienen que cumplir igual que todos porque son cuates. Esto me llevó años entenderlo. ¿Qué estrategias y herramientas fui coleccionando en el tiempo? Hay que dejar muy claro lo que es chamba y lo que no. Y confiar en la gente. Por ejemplo, ahorita tengo una persona a la que yo le estoy encargando ciertas cosas de Qatar y que le digo “lo que yo espero de ti es esto, esto, esto, esto y esto”. Y hay algo que me parece que es lo que más tengo clavado en la mente, que es no meterme en sus decisiones a menos que sea una mamada lo que está proponiendo y yo me estoy dando cuenta, sería muy idiota, pero dejarlo decidir, ya sabes, “¿cómo ves esto?” y pedirle su opinión antes de yo dar la mía. “Yo creo que esta parte puede causar problemas por esto y esto, ¿tú cómo lo ves?”, “¿por qué crees…? Y preguntar y preguntar y preguntar para que ellos, si yo considero que están cometiendo un error, caigan en ese error o en la certeza de su error antes de decirles “estás mal por esto” para ahorrarme tiempo. Entonces, uno, tener responsabilidades muy bien delimitadas. Tú eres el dueño de este barco o el capitán de este barco y tú lo tienes que llevar a este puerto, son muy claras las reglas de este juego, y dos, cuando así lo amerita la situación, no temerle a dejar a un lado la amistad y dejar a un lado el que me sigan queriendo antes de decir “wey, la cagaste en esto y esto está mal por esto y esto y esto y necesito que se cumplan las cosas de esta manera” y ser muy serio al respecto.
RLC: ¿Cuál es tu lugar favorito del Internet?
PE: Favorito, aunque no más recurrente, pero mi lugar favorito del Internet es Vimeo. Así como “este video -te digo- me hizo sentir esto”. ¿Mi lugar más recurrente? Lamentablemente sí es Twitter, Instagram, redes sociales. Twitter no mucho, porque aunque me gusta más que cualquiera de las anteriores me recuerda una asignatura pendiente que es que tengo que es entrar a TikTok de una manera que me represente. ¿Por qué? Porque no es esta onda de que solamente son los que bailan, ni madres, TikTok tiene un chingo de posibilidades y es como una hoja en blanco, y lo que realmente escribas ahí es tu capacidad y tu creatividad, y ahí tienes todas las herramientas y tienes todo el mundo. Es casi casi como “tienes el internet para ti, haz lo tuyo”, y eso es lo que me causa miedo, wey.
RLC: Yo nunca he entrado porque siento que nunca saldría, pero la diferencia entre TikTok y el resto de las otras plataformas es que si tú haces algo bueno en Instagram y sólo tienes 50 seguidores, probablemente solo lo vean 26 personas. Pero como depende 100% del algoritmo, aunque nadie te siga, puede llegar a cientos de miles. Y no sé si es muy optimista, pero se juzga el contenido, no tanto el número de seguidores que tenías antes. Entonces igual eso, entre comillas, “democratiza” el asunto.
PE: Sí, y también tú como creador o como persona que piensa que tiene algo que decir de cierta manera y una personalidad para sustentarlo pues es un reto más grande, porque las reglas están ahí y esas cosas, esos límites, son lo que lo hacen más fácil de digerir.
RLC: ¿Cómo cambió tu sentido del humor tener un hijo?
PE: Creo que me hizo…. Te voy a ser muy sincero. El tener un hijo hasta ahorita o hasta hace unos meses me volvió menos… Me quitó la risa más fácil. Como que me empezó a presionar en muchas cosas que antes no estaba presionado y tiene que ver con todo, con hasta la lana, hasta el entorno, hasta las cosas que tienes que empezar a ver ya de manera seria, porque si eres tú medio ahí vas navegando, pero si ya es un hijo, ya te sientes ahora así en el terreno de la responsabilidad completa. Entonces, lo que sí ha cambiado para bien es que he redescubierto las caricaturas que son chingonsísimas. Hay una en especial que se llama Zig and Sharko, en el que la premisa es esta: hay un crucero donde vive un tiburón, Sharko, y una hiena, ¿por qué vive en un crucero? No sé, pero se llama Zig. Y hay una sirena wey, que está dibujada como una sirena guapa. Entonces Sharko está enamorado de la sirena,se llama Marina, y Zig se la quiere comer, o sea se la quiere comer real. Entonces toda la caricatura se trata de Zig queriendo comerse a la sirena y Sharko impidiéndolp porque está enamorado de ella, y se pelean y se dan en la madre y salen de este mundo y llegan al sol y se queman. Y lo que descubrí ahí es que no hay límites en lo que se le ocurre a esos escritores. O sea, es como “Sharko entra al sauna del crucero, se quita la piel, la cuelga y se queda completamente en rosa, con pelos así dibujados, pero la piel de tiburón se la deja fuera como si fuera una pijama”. Y de eso, puta, empiezan a haber mil enredos y locuras y cosas que te obligan a abrir otra vez la mente como los niños la tienen abierta, wey. Eso es lo que he redescubierto en términos de humor al ver caricaturas con Max, mi hijo, que tiene tres años.
RLC: ¿Cuál es el último vídeo como how to que viste?
PE: El último how to… Unos tutoriales de hueva, me cagan, de Adobe. Es que me obligué a comprarme la Suite Adobe, ya sabes, el Lightroom con el Photoshop y también para editar y todo eso porque necesito tener eso planchado, saberlo hacer. Sé sentarme con un editor y decirle “córtale aquí dos cuadros”. No, “hasta que llegue este momento, hasta ahí quiero que sea”. Sé sentarme con un…
RLC: Pero eso está muy fácil, Pepe. “Sé dar órdenes”, pues está en chinga.
PE: Claro, claro. Pero entonces me tuve que poner a ver los how to de cómo utilizar la herramienta de tal cosa en Adobe Premier. Yo soy muy desesperado, wey. No puedo sentarme mucho tiempo sin ser consciente de que estoy sentado mucho tiempo y que me está cagando. Eso es una prueba para mi personalidad.
RLC: ¿En qué película, serie, novela o disco si quieres, te gustaría quedarte a vivir?
PE: Qué chingona pregunta. ¿En qué serie…? A ver, dependiendo cómo me sienta, si me quiero sentir muy chingón, me gustaría vivir en Casino. Como que todo me gusta, la música, la época, el entorno. Si quiero sentirme como de esas ondas feel good, me encantan las películas navideñas gringas así de un pueblito, no sé si de Texas o del norte de California. Había una película que se llamaba Casi humano, que era un papá, que curiosamente es el papá real del que cantaba la de Blue Lines, Robin Thicke. Este papá era un científico que inventaba a un hijo, Chip, que era en realidad un robot wey. Entonces Chip estaba tan chingón hecho, la película es como del 87, tan chingón hecho que lo andaba el papá es la prepa y el wey ese que era un robot iba aprendiendo a ser humano, era como un Pinocho moderno, aprendía a ser humano en la prepa y tenía una hermana que era hija real del científico y sabía que era robot aunque tenían que convivir en el entorno de la prepa gringa del 87 y estaba ahí, digamos, que la cultura gringa ochentera a todo lo que da. La prepa divertida, la guapa, el pueblito poca madre, súper limpio en el que había un mall, ese tipo de lugar, como que yo habiéndolo consumido tanto, porque esta película vi un chingo de chavito, se me hace como mi edén, mi edén urbano, y es un poco lo que tiene en ciertos momentos como Stranger Things, como esta onda nostálgica de los ochentas por un pueblito donde no hay nada que salga mal más que los conflictos idiotas de la prepa. Ese tipo de película me encanta porque me tranquiliza, como que me gustaría vivir ahí por los sentimientos que resalta en mi.
RLC: Ojalá que encuentres tu edén, Pepe. Mil gracias por el tiempo y por las respuestas.
PE: A ti y qué gusto volverte a ver. Ojalá que te haya sido útil esta plática y siempre es un gusto platicar contigo.