Pedro Casas Alatriste sobre la integración económica de Norteamérica, el reguetón y Jurassic Park
Pedro Casas Alatriste es director de Investigación y Políticas en la US-Mexico Foundation. Estudió Economía en la Ibero y Políticas de Desarrollo Internacional en Georgetown. Antes fundó los debates En Esta Esquina. Hablamos sobre ser optimista, sentirse parte de un país, la naturaleza de la amistad y ser parte de una familia grande.
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RLC: Pedro Casas Alatriste, bienvenido al pod.
PCA: Gracias, Ric. Estoy muy emocionado. Y además, te lo juro que ahorita que me bañé estaba yo pensando ¿cómo va a ser mi introducción a este gran podcast? ¿Como un fan, como un amigo?, porque en verdad lo soy. O sea, yo escucho mis podcast y tengo todo el telescopio en palomitas. Bueno, en fin, ya suficiente, esa fue mi faneada.
RLC: Eres lo que los podcasteros, los gringos y los podcasteros ingleses llaman very much a friend of the show. Entonces, Pedro Casas Alatriste, friend of the show, bienvenido. Ahora sí, primera pregunta. Si tuvieras la tecnología y los fondos disponibles, ¿construirías Jurassic Park?
PCA: ¿Por qué no? Sí, pero lo construiría bien. Porque además esos cuates luego se salen del parque y matan gente.
RLC: Qué bueno que contestaste sí, porque si hubieras dicho que no porque los dinosaurios se salen del parque y matan gente, significa que tu cerebro está en contra del avance tecnológico. El hecho de que hayas dicho “sí, pero lo haría bien”, significa que entendiste bien la moraleja de la historia.
PCA: Esa es casi siempre mi respuesta a todo. Yo no sé decir que no, y eso es un grave problema en mi vida. Yo siempre digo que sí y la idea es hacerlo bien.
RLC: Si tengo disponibles 100 dólares extra al mes y quiero hacer algo bueno con ese dinero. ¿Qué me recomiendas que haga? Pensando que lo que quiero es ayudar a personas de carne y hueso y no fondear ONG innecesarias.
PCA: A ver, hay dos cosas que según yo siempre son buenas para hacer con el dinero y depende de a qué edad lo preguntes. A nuestra edad, a nuestra joven edad, según yo siempre hay una cantidad de dinero que tiene que ser invertida en mejorarte a ti como persona. Ya sé que está sonando muy hippie, pero es más un rollo como de invierte en libros, invierten una buena experiencia, mejórate a ti mismo y eso al final reditúa mucho más que lo que vas a poder contribuir con 100 dólares. Entonces capacitarte, ser mejor y cuando tengas un poquito más de poder y El telescopio le llegue a millones de personas, tus preguntas van a ser tal vez mejores e impacten más porque leíste un buen libro. Entonces es como una idea de cómo invierte en ti ahorita y luego con lo que te sobre, dependiendo de qué tan codo te hayas visto con el libro que compraras pues no sé, hay diferentes teorías ahorita todo este rollo de los cash transfers, esos son buenos. O sea, deposita dinero para que la mayor cantidad de tu dinero pase a manos de alguien más y que haga bien, entonces no lo pierdas como en trámites burocráticos de gente que regala cobijas, porque por más que quiero mucho a la gente que regala cobijas, casi siempre no sirven para muchas cosas.
RLC: ¿Cuál es tu primer recuerdo político?
PCA: ¿Cuál es mi primer recuerdo político? Es este recuerdo que no estoy seguro si es propio o como de Inception, así que como que me lo han repetido tanto que entonces ya vive en mi mente, pero, como tú lo sabes, mi madre es una persona de muchas pasiones y aguerrida y demás, y cuando ganó Fox nos tocó, o sea, bueno, fuimos a celebrar al Ángel, wey, así como si hubiera ganado la Selección o los Pumas. O sea, los tres motivos por los que yo he ido al Ángel son para el campeonato de los Pumas, cuando le ganamos a Alemania en el Mundial y cuando ganó Fox. Cuando ganó Fox tenía como siete años, una cosa así. Y entonces fuimos a celebrar la victoria de un presidente y la caída de la dictadura del PRI. Y mi mamá en su afán y en su pasión, se trepó a un poste de luz a arrancar un póster de Labastida y a gritar y fue como wow.
RLC: Voy a decir el mío, porque así las 17 personas que sintonizan este podcast cada 15 días tendrán una idea de exactamente quiénes somos. Si el tuyo es ir al Ángel por primera vez cuando ganó Fox, el mío es la marcha contra la inseguridad y los secuestros en el 2004, que todo el mundo iba de blanco en Reforma. La memoria es famosamente poco fiable, pero me acuerdo de esa marcha y me acuerdo que a la mitad mis papás dijeron “ok, ya estuvo bueno” y me llevaron a comer a un maravilloso restaurante italiano que espero que todavía exista. Entonces mi primer recuerdo político se convirtió también en mi primer recuerdo de ir a comer a un lugar.
PCA: Oye, pues están muy nobles los recuerdos políticos de una infancia temprana e ir a manifestarse por lo que sea, pero habla bien, creo yo. O sea, en contra de la delincuencia, a favor de la democracia. Bien por nuestros papás, creo.
RLC: ¿Por qué te gusta tanto el reggaetón?
PCA: ¿Por qué me gusta tanto? Sabía que esta iba a venir. Lo sabía. Porque es demasiado simple. Yo nunca pongo atención a las letras, entonces como que mucho tiempo después me doy cuenta que llevo tarareando una canción que dice “trae la toalla porque te vas a mojar” y entonces como que no, no pongo mucha atención a las letras, pero como es tan sencillo y son beats tan mundanos y banales que están hechos para eso, que a mí me ayuda a relajarme. No es complejo. No me hace pensar en otra cosa. Me levanta el ánimo. O sea, es algo muy muy mundano, pero creo que esa es la justificación así más sencillita. No hay gran trasfondo.
RLC: ¿Cómo formó tu temperamento ser el más chico de una familia grande?
PCA: Uf, a ver, pues para empezar hizo que me casara, que diera anillo a los 25 años, en el siglo 21, que rebasara por la derecha en temas de matrimonio y solidificación de una familia a mi hermano más grande, que las mamás de mis amigos durante secundaria siempre fuera yo el point of contact por ser considerado el más responsable, lo cual claramente estaban totalmente equivocadas, pero pues tal vez esa era la impresión que les daba. Y en general creo que fue un tema de siempre vivir a destiempo con mi edad. Con Mariana siempre platico de las caricaturas y es tristísimo porque yo tengo cero acervo cultural en ese rubro, entonces es como “¿que veías Nickelodeon o Cartoon Network?” No, nada. Yo veía Dragon Ball Z, que a la mayoría de mis amigos se los prohibían porque era muy violento, y yo lo veía con mis hermanos cuando ellos tenían 13 o 15 o lo que sea y yo era más pequeñito, entonces yo creo que me hizo mucho más… Pues no sé si maduro, no tengo ni idea de si sea maduro o no, pero como mucho más agrandado a mi edad y entonces me facilita mucho hablar con gente más grande.
RLC: Es un buen insight porque eres muy bueno para relacionarte con personas que no son de tu edad.
PCA: Sí, exacto, menos con niños chiquitos.
RLC: Esta si quieres esta la podemos borrar si no te gusta, pero me interesa mucho porque siento que es como una secta. ¿Cómo influye en tu temperamento haber estudiado en el Tomás Moro?
PCA: No la vayas a borrar. Mira el Tomás Moro a mí me dejó varias cosas muy importantes. Esto es algo que tú no sabes. Cuando yo entré al Tomás Moro… Déjame te cuento primero por qué entré al Tomás Moro. Yo estaba en Vista Hermosa, que es lo equivalente a una jungla de cemento. O sea, tú conocerás bien ese tipo de escuelas cómo funcionan, entonces yo en este rollo de como ser más grande y tal yo veía que mis hermanos y mis primos grandes en ese momento, en los dos miles, late noventas, se peinaban con los pelos parados. Entonces yo llegué al Vista Hermosa y me peinaba con los pelos parados, muy estilo así como tipo NSYNC, y en el Vista Hermosa la miss Chelina, que yo no sé si siga viva y si no que en paz descanse, pues básicamente me dijo que yo era un criminal. Me dijo “tú no…” O sea, me acuerdo perfecto. Es más, tal vez ese es mi primer recuerdo político, entrar a la oficina de la miss Chelina y que me dijera “tú eres una mala influencia para tus amigos, te peinas como criminal”. Y entonces yo llegué a mi casa así como “yo me estoy vistiendo como mis primos”. Y entonces me dijo “no”. Y, regresando a la pasión de mi madre, “te vas de esa escuela, los odiamos”. Y entonces pues me salí del Vista Hermosa y entré al Tomás Moro, donde ya estaba mi hermano grande allá con esta idea de ser como un lugar más tranquilo, más así como medio comunidad hippie que aceptan a más gente por como son y entonces yo llegué con mis pelos parados y sorpresa, desde ahí hasta la fecha muchísima gente me dice Míster Púas. Y entonces yo llegué y muy rápido me hice como enemigo de un niño, de esos que como que no tratan bien en su casa y entonces me pegaba y le pegaba a todo el mundo. Y entonces en primaria uno pasé de miss Chelina a la miss Tony, la directora de primaria, que me quería correr del Tomás por ser niño problema, y yo como “no puede ser”. Entonces empecé con el pie izquierdo en el Tomás Moro, pero me llevó, y este sí también es otro buen dato curioso, me enseñó, yo creo, que de las cosas más valiosas de toda mi vida, y eso es lo que forjó mucho mi temperamento, que es cómo interactuar con la autoridad. Pero entonces yo tuve que aprender como a lidiar con estas señoras directoras de escuela, que tal vez hubiera sido lo mismo en el Tomás o en cualquier otra escuela, la verdad, pero aprendí a lidiar con eso y en un espacio en el que como que te escuchaban, que esa era un poco la idea del Tomás Moro, como “sabemos escuchar y tú puedes cuestionar” y no sé qué, entonces pues ese como cuestionamiento pero con respeto al a la ley, a la institución, me sirvió mucho para eso, para lidiar con la autoridad.
RLC: ¿Qué pestañas tienes abiertas ahorita, en este instante, en tu browser, en tu navegador?
PCA: Ahorita, en este instante solo WhatsApp, porque como me metí al closet a grabar esto y no hay contactos, decidí quitarle todas las cosas que estuvieran abiertas a mi computadora para que no se fuera a acabar la pila. Pero antes de que entrara a esto traía cosas de la US-Mexico Foundation, traía unos papers, como seis papers, que espero ahorita recuperarlos, sobre migración porque estoy investigando de eso ahorita y traía Canva porque luego esa es mi herramienta de diseño, gran invento de la humanidad para los pobres diablos como yo que no saben hacer nada gráfico, y ya, quién sabe, algo de noticias seguro debo haber tenido.
RLC: ¿Y cuántos WhatsApps sin abrir tienes?
PCA: Ahorita estoy en mi límite y es horrible. Ahorita tengo 62. Dentro de esos 62 hay muchos mensajes que no he leído, pero mi aspiración es siempre estar en cero, o sea, ahorita porque llevo como tres días que no he pelado a unas personas, pero siempre trato que estén cero.
RLC: ¿Qué es lo que más te gusta de D.C?
PCA: Que es la combinación perfecta, y va a sonar raro, pero es la combinación perfecta entre un pueblo y una ciudad. Entonces, ¿qué tiene de un pueblo? Que es chiquita, muy chiquita. O sea, en un coche cruzas la ciudad de punto a punto, donde sea que estés, en máximo 20 minutos, entonces eso es una maravilla. Tiene también como pueblo que no es ruidoso, entonces pues nunca escuchas claxons, pero dentro de esa como cosita de que es chiquita, calladita y demás, pues es la capital política del mundo, entonces viven los think tanks aquí, viven los organismos internacionales, está el Congreso, aquí es donde viajan todos los jefes de Estado, ministros y demás. Entonces como que tiene una vida política y cultural súper interesante, pero no es el estrés y el ruido y el acelere de, por ejemplo, Nueva York o París, Ciudad de México, como que no tiene esta vibra de gran capital, acelerada y tenebrosa y sucia y apestosa, es como tranquila. Como también hay mucha gente de diferentes países, se escuchan muchos idiomas, la gente está abierta a como hacer amigos porque, esa es la última, la naturaleza de la ciudad tiende a que haya mucha rotación. Entonces, ya sea que trabajas en un organismo internacional, en el gobierno o estás estudiando, que creo que es básicamente lo que más sucede en esta ciudad, todos son por períodos de tres, cuatro, máximo seis años. O sea, aquí la población local, más allá de los que realmente sí son locales, pero son gente que lleva, no sé, seis años. O sea, “¿cuánto tiempo llevas en D.C?”, y te dicen “seis años”, “uy, no, tú ya aquí instalado, eres todo un diciniano”. Como que tiene este rollo de que es una ciudad súper cambiante y la población lo sabe, entonces es muy fácil hacer amigos porque todos están en esa sintonía de “pues vengo, hago amigos” y los que ya quedaron aquí sus amigos ya se les fueron, entonces están tratando de hacer nuevos amigos, etc, entonces es una ciudad muy amigable, calladita, buena onda y con mucha cultura y poco ruido.
RLC: ¿Cuál es la probabilidad de que en los próximos 50 años la Unión Económica de Norteamérica se convierta también en una unión política?
PCA: Cercano, yo creo que a 0%. Sí, sí. A ver, la expansión territorial es absurdamente grande, número uno, no es como Europa, que está todo concentrado. Como que la gente se imagina que Europa es muy grande, pero Europa, digo, yo no sé del terreno, puede ser del tamaño de México… Obviamente no contando Europa del Este y demás. O sea, como que el inicio de la Unión Europea.
RLC: El dato que te regalo para tus cocteles del US-Mexico Foundation es que México es cuatro veces más grande que Francia.
PCA: Sí, o sea entonces, expansión territorial muy grande. Luego, quieras o no, la historia, la cultura y la historia es muy diversa. Cada vez nos acercamos más a Estados Unidos en cuanto a cultura, porque los estamos como recolonizando sin que se den cuenta, ya cada vez más hay más mexicanos y creo que como en diez años Estados Unidos va a ser el segundo país de habla hispana más grande del mundo después de México, evidentemente, pero es como que sí, ahí hay un poco de inserción cultural, pero tipo los canadienses no podrían estar más alejados a los mexicanos en cuanto a cultura. Y en cuanto a ideología política, pues igual estamos lejísimos O sea, la derecha más radical de México apenas y acaricia como al centro político de Estados Unidos. Canadá, esos cuates no sé, están bien raros. Yo creo que no, no hay manera. Y también la disparidad en cuanto a la economía. Y luego piensa también a quién le conviene. O sea, a Estados Unidos no le conviene para nada. O sea, con todo respeto, pero ¿por qué Estados Unidos se aliaría con, por ejemplo, el sur de México? ¿Y de qué le convendría de repente anexar a Saskatchewan o a Newfoundland, donde sólo hay tundra? Pues no creo que mucho, entonces no. Y déjate político, ni económico, o sea, no creo que prospere mucho. Híjole, me van a correr del trabajo, ahí la dejo.
RLC: ¿Cuál es el mejor argumento en contra de la integración económica de Norteamérica viendo hacia atrás? O sea, a 30 años del Tratado de Libre Comercio y a dos años del nuevo Tratado de Libre Comercio, que tú y yo hemos hablado en público y en privado muchas veces como los beneficios del NAFTA, pero ¿cuál es el mejor argumento en contra de su aprobación o de su implementación?
PCA: Sí, muy fácil. Insisto, a ver si no me cuesta la chamba nuestro podcast. No, es broma, hay que ser objetivos también. Es muy claro, la integración de Norteamérica, como mucho del sistema económico en México, se olvidó de los pequeños empresarios, o sea, las pequeñas y medianas empresas en México conforman cerca del 90% de las empresas del país, o sea, sólo 10% de las empresas del país son grandes y grandísimas, sólo son el 10% y si no es que hasta menos. La verdad es que no tengo afinado ese dato, pero por ahí arriba el 90% o 95% son pequeñas y medianas empresas. Entonces, cuando tú generas una estructura como supranacional para el comercio, pues evidentemente necesitas, para poder participar en esos mecanismos, que tu empresa tenga cierto nivel de sofisticación, de infraestructura en todos los sentidos, o sea, tanto física como de capital humano, para poder exportar a Estados Unidos, cumplir las normas sanitarias, fitosanitarias, etcétera, etcétera. Entonces, naturalmente, se dejó a mucha gente atrás. La promesa del TLCAN era que, de alguno u otro modo, y esto es como una promesa no solo del TLCAN sino como de los economistas neoclásicos, que el trickle down, o sea que si alguien arriba se hace rico, de alguna u otro modo el dinero va a bajar y pues no jodas. O sea, evidentemente no, esas cosas no suceden así como por arte de magia, necesitas tener la infraestructura, las leyes y el acompañamiento para que eso suceda. Entonces yo creo que ese fue, yo creo que el mayor costo y lo vemos hoy clarísimo, y no solo en México, también en Estados Unidos. Se olvidó a mucha gente en el proceso y cuando olvidas a mucha gente en el proceso, veintitantos años después, dale la bienvenida a Donald Trump y a la gente que de repente saluda a esas personas por primera vez en 20 años y les dice “hey, ¿qué onda? ¿Se olvidaron de ti? Yo no, bienvenido y ven y asalta el Capitolio”. Voy a perder mi trabajo.
RLC: De todas las personas como de nuestra generación, de nuestra edad, tú eres la que sin ningún tipo de ironía, sí se siente como orgullosa de ser de donde es, tú sí te sientes mexicano. Y creo que es la diferencia principal entre nosotros, que para mí es es una cosa medio rara, pero ¿cuál o cómo debería ser nuestra relación con la patria? Uno, y dos ¿no crees que es medio inocente sentirse orgulloso de ser de donde uno es?
PCA: Sí. Ay, qué flojera. Voy a dar una explicación mucho menos intelectualmente interesante, como la que dio Medina Mora y todo este rollo en tu podcast, pero por ejemplo, te voy a decir una cosa. Ahorita antes de entrar al pod me estaba echando la entrevista de Salvador Camarena sobre el asesinato de los sacerdotes jesuitas en la Sierra Tarahumara, y yo trabajé durante mucho tiempo en la Sierra Tarahumara cuando era chavito. En secundaria, que muchos amigos estaban empezando como a tener sus primeras chambitas de verano, como para ver qué iban a estudiar y le pedían a sus papás, así como “oye, dile a tu compa el abogado que me invite a su despacho a hacer yo qué sé, a servir el café”. Pues yo naturalmente le dije lo mismo a mi papá, le dije así como “oye, ayúdame con algún compa tuyo”, yo a los 16 años, que no conoces a nadie, “ayúdame con un compita a tener una chamba''. Y me dijo pues “no, no te voy a ayudar a conectarte con nadie”. Así es mi papá, como que me dijo “no, no te voy a ayudar en eso'', pero en ese momento él presidía la la Fundación Tarahumara José A. Llaguno y me dijo “pero si quieres trabajar en verano, pues vete a la Sierra Tarahumara”. Long story short, me fui un par de meses a la Sierra Tarahumara, a una ranchería en la mitad de la sierra y en fin, tengo como mucha conexión con la Sierra Tarahumara. Esta noticia me pegó mucho, al grado de que yo ahorita en la mañana lloré, lloré de la impotencia de lo que está pasando en nuestro país y eso me hace preguntar, o sea como que yo lloraba por la impunidad, por lo podrido que está el país y al mismo tiempo me preguntaba un poquito eso como “chale, o sea, mi mexicanidad me está llevando como a realmente personalmente sufrir y llorar por lo que está pasando en mi país”, pero yo creo que como todo ser humano… O sea, a lo que voy es, creo que todo ser humano tiene que buscar algún tipo de identidad, sentirse parte de algo. Todos somos seres gregarios y tenemos que pertenecer, entonces hay gente que su identidad de pertenencia está en la iglesia católica, hay gente que su identidad de pertenencia está en los Pumas, que también yo estoy ahí. Hay gente que se cree europea, hay gente que se cree francesa, hay gente que se cree mexicana, entonces yo creo que al final es simplemente como un cúmulo de de historias y de ideas, mitos que van construyendo un poquito tu identidad y al final como que esa identidad y esa pertenencia te ayuda de cierto modo, creo, a tener un drive de algo. Si no crees en nada, si no te identificas con nada, vete a una playa y sé feliz y surfea y toma piñas coladas que está bien y sé que es algo que a ti te emociona mucho. O sea, literalmente no hay ni medio juicio de valor en lo que estoy diciendo. Simplemente pues hay gente que cuando se identifica con algo le da un poquito de drive a qué hacer en su vida, y al final pues no importa tanto si está bien o no o si lo hay que... Por ejemplo, siento que si tu identidad te lleva a matar gente, o sea, si tu identidad es ser parte de los caballeros templarios, bueno, chance cuestiónate tu identidad, pero si te crees parte de una comunidad, de un territorio delimitado por sepa Dios quién hace cientos de años, da igual, no hace ningún mal y está divertido y cantas el himno, sabes qué comer, dónde, tienes comunidad donde sea que vayas en el mundo.
RLC: ¿Hay posiciones políticas con las que no estés de acuerdo, pero que te parecen interesantes, razonables, convincentes?
PCA: Sí, muchísimas. Y es que en general, todas lo son. Me choca como que enfrascarme en cajones de decir “soy de derechas, soy de izquierdas, soy neoliberal”. Me chocan esos cajones. Yo más bien creo que hay que encontrarle espacios a la gente que tiene razón en su argumentación. Entonces, por ejemplo, durante la maestría me dio clases un señor llamado Robert Lighthizer, que fue el U.S Trade representative de Donald Trump, y representaba como a la ideología de Trump, la más más tiradísima a la derecha en el sentido de que… Imagínate, era el que representaba los temas comerciales en Estados Unidos y llega en su primer clase y nos dice “quiero que tengan algo muy claro, i do not believe in free trade”. Y entonces fue como “¿qué? ¿Cómo?” En fin, todo esto para decirte que construía una narrativa muy interesante, y creo que muy válida, en la que decía “Estados Unidos ya no necesita más comercio internacional porque ya llegamos a un punto, en Estados Unidos en el que lo que vamos a lograr con más comercio internacional es poder comprar una t-shirt un centavo más barata de un color distinto”. Y entonces él argumenta que ya no necesitas eso, ya tu capacidad y tu necesidad de consumir t-shirts baratas de todos los colores y sabores ya está satisfecha. Entonces, en su argumento dice “lo que vamos a hacer ahora es reconstruir el núcleo familiar de la sociedad estadounidense, volver a cerrarnos un poquito más y trabajar como en el núcleo social que se ha descompuesto, hay mucha gente abandonada en muchísimos estados, comunidades desechas”. Eso, por ejemplo, se me hace una argumentación válida e interesante que yo creo que vale la pena cuestionarse, pero no la comparto tantísimo. Y luego hay otras cosas también. O sea, por ejemplo en México yo creo que comparto mucho, mucho, mucho, mucho, increíblemente mucho de la lectura y las ideas del presidente, pero luego sí cae en como espacios comunes medio bizarros, como que se ve que le gustó un libro hace como 15 años o le habló un viejito que está enojado con los cuates que lo defraudaron en su empresa y entonces sí hay un odio, creo que un poquito desjustificado con muchas cosas relacionadas a las instituciones y a las empresas que ahí sí no, no comparto con él. Tal vez eso es más como la implementación de la política pública.
RLC: ¿Qué tenemos que hacer como sociedad en términos prácticos para tener una discusión pública…? No sé si la frase es como más civilizada, pero con menos insultos, con menos descalificaciones, con menos “ah, tú votaste por tal, entonces ya jamás te voy a hablar” o “tú fuiste a tal marcha, entonces significa que eres un tal”.
PCA: Dos cosas. La primera es debatir más, o sea, que haya más espacios de debate y dos, que haya más pluralidad de voces. O sea, hay bien poquita gente en general. Para el nivel de cantidad de población que tenemos en México, el número de voces que están hablando es súper limitada. O sea, en todos los espacios públicos siempre son los mismos. Está el clásico que representa la derecha, a la izquierda, el no sé qué, faltan voces jóvenes, entonces sí es un tema como de costumbre. O sea, si tú quieres tener cuadritos y estar fuerte, lo que tienes que hacer es ir al gimnasio y hacer diferentes tipos de ejercicios. Si tú vas una vez a la semana y haces los 50 abdominales del mismo estilo, todo el tiempo te va a salir un cuadrito o dos, no sé cómo funcione la anatomía de los cuadritos, porque claramente no tengo, pero llevando esa increíble metáfora a la vida pública y discursiva del país, si quieres tener un debate rico y respetuoso uno, tienes que hacer un friego de abdominales, y dos tienes que hacer como los que hacen de lado, los que hacen de frente, levantando las piernas, un día correr, un día cérvix y levantar un poco de pesas, entonces si no le metes diversidad y cantidad de debate, ahí nos vamos a quedar forever and ever.
RLC: Ok, vamos a hacer un juego.
PCA: Me encantan los juegos.
RLC: Tú y yo fundamos junto con nuestro amigo Luis Vega, y más recientemente con el maravilloso Fer Elizundia, un proyecto de debates que se llama En esta esquina. Entonces te voy a leer algunas premisas de nuestros debates y me tienes que decir si votarías a favor, en contra o indeciso. Y si dices algo que me parezca raro, te preguntaré por qué. La monogamia es la mejor forma de ordenar una sociedad.
PCA: A favor, híjole, qué triste, lo tengo que justificar, pero a favor.
RLC: Para salvarnos del cambio climático tenemos que destruir al capitalismo.
PCA: Total y absolutamente en contra.
RLC: La prostitución es un trabajo y debe ser tratada como tal.
PCA: Total y absolutamente a favor.
RLC: México debería adoptar un ingreso básico universal.
PCA: Puf. Indeciso.
RLC: Estados Unidos va a ganar el Mundial antes que México.
PCA: A favor. Es clarísimo, según yo.
RLC: Yo ahí estoy totalmente convencido por la exposición de otro friend of the show, Andrés Martínez. Las acciones afirmativas son la mejor solución para lograr la igualdad de género.
PCA: A favor, en el momento en el que estamos en la transición hacia allá, sí, a favor.
RLC: Estados Unidos es buen vecino de México.
PCA: Híjole, voy a perder la chamba. Indeciso, indeciso. Hay áreas de oportunidad, pues.
RLC: En la comedia se vale burlarse de todo.
PCA: Total y absolutamente a favor. Cada vez estoy más convencido de eso.
RLC: Finalmente, para que sobrevivas, el neoliberalismo le falló a México.
PCA: A favor, sí, le falló.
RLC: De estas 10 o 12 cosas que te acabo de decir hiciste más caras con lo de la monogamia, con lo del Mundial y esto último del neoliberalismo. Entonces háblame un poco de esas tres.
PCA: Monogamia. Tal vez estoy sumamente sesgado porque acabo de acabar de ver una serie. ¿Cómo se llama? Está en Netflix y es de esta comunidad mormona con el centro de Estados Unidos, que es como mormona.
RLC: ¿En Utah?
PCA: En Utah, ándale.
RLC: Que viven en Provo, que es la única teocracia del mundo occidental.
PCA: Sí, no sabía.
RLC: De ahí es Mitt Romney. Bueno, él es de Massachusetts, pero es el representante. En fin, de ahí son los mormones.
PCA: Sí, y entonces lo que pasa es que son una sociedad poligamia, y long story short, en menos de una generación el líder de la comunidad está preso y había mujeres casándose a los 13 años y un rollo muy loco. Es que hablando de orden, no como de deber ser, ni de necesidades humanas y carnales, sino respondiendo a la pregunta de para ordenar a una sociedad, yo creo que la monogamia sí es bastante útil, así es que está difícil el counterfactual, pero las sociedades poligámicas que más o menos se conocen uno, no se han expandido y dos, no son tan exitosas.
RLC: Quizá como… No sé, porque yo también tiendo a pensar como tú, pero creo que habría una posición en la que no es como un hombre casado con tres mujeres o una mujer casada con tres hombres, sino como un asunto mucho más de como de comunidad, como los hijos son hijos de todos y las abuelitas son abuelitas de todos y somos responsables los unos y los otros, creo que ese podría ser un argumento. Pero cada vez que digo algo así de hippie me llama el mar y me llaman las conchas que te hablan, ya sabes.
PCA: Es que esa sí me gusta, pero esa no sé si sea poligámico.
RLC: Sí, creo que sería no monógamo, o sea, sería no familia nuclear. Sí, es trampa. Te cambié la jugada.
PCA: Sí, o sea, sí estoy a favor más de este rollo, como de crecer en comunidad y que las abuelitas estén cuidando a 15 chamacos de muchas personas, eso está padre, pero el otro tema también es que en la poligamia hasta ahorita, dentro de mi ignorancia, creo que los experimentos que han existido hasta ahorita y por experimentos me refiero así como cosas que suceden, son de hombres con múltiples esposas y no de una esposa con múltiples hombres. Entonces no sé, mi feminismo también me hace un poco de ruido ahí. No me late.
RLC: ¿Lo del Mundial te dolió porque eres fanático de la Selección Mexicana?
PCA: Sí, o sea, por Dios, tenemos mucha más historia y trayectoria recorrida y no puede ser que nos van a rebasar por la derecha simplemente por ser personas más estructuradas, que es lo que pasa en todas partes del mundo. In a nutshell, eso es lo que está pasando.
RLC: Y el neoliberalismo creo que tiene que ver con la respuesta a la pregunta que te hice sobre el Tratado de Libre Comercio. Básicamente que hay personas que se quedaron atrás y no se les cumplió la promesa del crecimiento económico.
PCA: Sí, exacto, ahí… Híjole, una teoría increíble o una explicación muy padre que nos dio Santiago Levy, bueno, tiene ahí un libro, economista más top, ultra top de México, big fan, ojalá que escuche El telescopio, es este tema de que la macroeconomía mexicana se manejó muy bien, y esta es la parte que defienden todos los neoliberales y cada vez que los invitas a defender el neoliberalismo son los mismos argumentos, es. “llevamos creciendo de manera constante, no hay deuda, no ha habido inflación en los últimos 20 años, las finanzas públicas nacionales están sanas, el tipo de cambio se ha mantenido estable, somos una economía sólida, con tratados de libre comercio y apertura, etcétera, etcétera”. Todo eso a favor. Check. Me late. Ok, cool. El problema es que los economistas del ITAM y todos estos vatos que estuvieron haciendo eso durante los noventas y dos miles se enfocaron en eso, como que en la estructura macroeconómica, en la Secretaría de Hacienda, en el Banco de México, en Secretaría de Economía y demás, pero esa tecnocracia abandonó a las instituciones de salud, al IMSS, al ISSSTE. No hubo los cambios necesarios en las leyes tributarias para quitar incentivos perversos, que así le decimos los economistas, a que muchas empresas pudieran permanecer pequeñas, entonces, por ejemplo, la estructura tributaria, hay un margen en el que si tú de repente empiezas a crecer más de x, los impuestos que vas a tener que pagar te ponen en un espacio de income de utilidad menor a la que estaba siendo más pequeña.
RLC: Sí, no vale la pena crecer, porque si creces mucho pagas más impuestos, entonces mejor quedarte medianito y tener más utilidad.
PCA: Exactamente. Y luego si contratas a otra persona, pues también los impuestos, las prestaciones y todo se vuelven una carga muy fuerte para la empresa. Y lo mismo sucede a nivel personal. Muchos de los programas sociales en el país están hechos, e inclusive en esta administración progresista, se han mantenido exactamente igual, son programas que ponen techos al crecimiento porque están ajustados y vinculados a tu nivel de ingreso. Entonces a ti no te conviene de repente dar el brinco de ser pobre extremo a pobre, porque te pierdes el apoyo social, y haber elevado tu nivel de ingreso en el agregado al perder el apoyo te hace estar peor. A ver, que esto no se entienda que la gente quiere ser pobre porque quiere, no, pero hay incentivos de por medio que no han ayudado a que el sistema económico macro, bien estructurado y demás permee en la parte laboral y tributaria que hace que las pequeñas y medianas empresas crezcan más y que haya más oportunidades para para el crecimiento. Y al final Santiago Levy te enseña cómo el país, en el agregado en los últimos 20 años, si tú sumas todo el crecimiento que hemos tenido en comparación a toda Latinoamérica, sólo Venezuela ha crecido menos que nosotros. México no ha crecido, México se estancó. Acabaron los ochentas y nos quedamos igualitos. El ingreso real de las personas está igual que en los 80. No ha habido progreso, la productividad, estancada. No nos hemos vuelto más eficientes en producir más con mano de obra más capacitada, porque sí ha incrementado los niveles educativos, sí ha mejorado el capital humano del país, pero la productividad se estancó, entonces eso solo es una muestra de que se nos olvidó, como que nos enfocamos mucho, así como en el camino hacia adelante, en la flechita, pero se nos olvidó todo lo que venía atrás.
RLC: ¿Cuál es tu fruta favorita?
PCA: Punto importante: tengo, así como soy disléxico y entonces no sé cuál es mayo y cuál es marzo y cuál es junio y cuál es julio y a veces se me olvida el abecedario, también se me olvida cuál es fruta y verdura. Tampoco sé que es un carbohidrato y ese tipo de cosas. Entonces, con eso dicho, creo que mi fruta favorita son los higos. Dime que sí es una fruta.
RLC: Sí, sí. Creo que la distinción es que...
PCA: Unos saben rico y otros no.
RLC: No, lo que te comes es como la flor, y entonces si viene de la flor es una fruta o al revés, si no viene de si viene como de las hojas es una verdura. Todo esto es completamente algo que googleé como antier. La pregunta era eso era que dijeras higo o fresa o mango
PCA: Sí, higo. digo igual el mango, el mango también me gusta, pero el higo está más cool.
RLC: ¿Cómo le haces para ser amigo de tus amigos teniendo a tantas personas repartidas por el mundo y como tantos distintos amigos? Esto también es algo que me impresiona de ti.
PCA: Ay, pues siento que muchos amigos ya no me han de considerar su amigo porque a veces se me olvida, pero soy como muy activo en WhatsApp, entonces trato como de… Yo tengo como en mi cabeza quiénes son mis amigos y si de repente se me va así, de repente digo “hijo, hace tres meses no le pregunto al rorro cómo está”. Le mando un mensaje: “¿Qué onda, Rorro? ¿Cómo andás?” Y ya. Casi siempre son como tres mensajes. “Bien, todo bien”. “¿Cómo va la chamba?” “Chido”. “¿Sigues con la novia?” “Sí”. Y ya. Y cuando vuelvo a revisar el mensaje sigue siendo igual. Pues básicamente es como mantenimiento. A mí se me quedó muy clavado… Para sonar como ligeramente intelectual en tu podcast, yo alguna vez leí los escritos estos de Aristóteles sobre la amistad, que en verdad son una joya, y lo que dice Aristóteles es que a los amigos se les tiene que cuidar como si fueran una plantita, si no la riegas, se te pudren y se mueren. O sea, no se mueren tal cual, la amistad. Pero entonces hay que cuidarlos y hay que tratarlos y hay que mostrar interés y siempre hay que ir por chelas cuando se pueda y demás. Es así, pero no tengo tantos amigos.
RLC: Parte importante como de tu vida profesional, de tu vida personal también es conocer gente, hacer conexiones, lo que la gente que es muy activa en LinkedIn networkear. Entonces, ¿qué estrategias tienes o cómo le haces para marcar las líneas entre amigos, colegas, conocidos, alguien a quien le quieres pedir un favor, alguien con quien te quieres sentar?
PCA: Pues a ver, creo que yo soy muy, muy curioso. Entonces me gusta mucho escuchar lo que la gente quiere decir. Entonces, por ejemplo, los podcast, mis podcasts favoritos son los tuyos, porque es como estar escuchando a dos personas hablar y eso a mí se me hace súper interesante. Entonces acá en D.C., que el networking podría ser como el logo, el eslogan de la ciudad, así como D.C, we do networking, pues el chiste es como hablarle a la gente y decir “oye, quiero hablar de tal tema” y entonces hago lo que haces tú, vas y los entrevistan, si les haces preguntas ligeramente razonables y los escuchas y ya. Y en general siento que la gente no está acostumbrada a ser escuchada, entonces cuando los escuchas, pues chance les caes bien.
RLC: ¿Cómo le haces para pedirle un favor a una persona que conoces pero que no conoces muy bien?
PCA: Pues… Uy, es que soy muy malo. A mí me cuesta muchísimo pedir favores, me da muchísima pena y lo odio, pero trato de ser muy directo. Tal cual. “¿Qué onda? Oye, necesito esto, ¿te rifas?” Y siempre, siempre soy demasiado enfático en el agradecer. O sea, tal vez me paso de agradecido. Cuando pido algo no paro de agradecer y ya que lo hacen les vuelvo a escribir y les miento que estuvo padrísimo lo que hicieron así hubiera estado bien o no y les digo “todo el mundo me habló de lo bien que hiciste”, lo que sea. Entonces como que… Esto, y a la pregunta anterior, creo que la clave está en hacer sentir bien a las personas y que se sientan importantes. Creo que eso en todos los niveles aplica, ya sea para alguien con la que trabajas, un amigo o las personas como súper importantes siempre les va a gustar el apapacho.
RLC: ¿Qué aprendiste de George Archibald?.
PCA: Uff, viejo sabiondo, aprendí que a tus… No sé cuántos años tenga, pero si se ve viejón, voy a decir que tiene 80 años. Aprendí que a tus 80 años y con todas las credenciales del mundo y siendo la definición exacta de el sistema, puedes seguir aprendiendo, innovando y cuestionando el sistema. Es impresionante lo disruptivo de ese señor a sus 80 años. Increíble, increíble.
RLC: ¿Qué tanto valor debemos ponerle a la puntualidad?
PCA: Todo el valor del mundo. Tiene que ser lo más importante en tu vida. No hay cosa que valore más que la puntualidad y la honestidad. Son mis dos brújulas, porque, y creo que eso depende mucho de qué es lo que valoras tú como persona, y yo amo mi tiempo, tengo tantas cosas que hacer que todos los segundos que tengo son muy bien pensados, a qué se los voy a destinar. Mi estancia viendo Netflix es cronometrada porque sé cuánto tiempo me puede consumir y entonces pues yo llego a una junta puntual porque sé y espero que la otra persona valora mi tiempo tanto como lo valoro yo y por ende yo valoro su tiempo igual es es creo que la primer muestra de respeto y la más grande que debe haber entre seres humanos.
RLC: ¿Cuál es el número óptimo de minutos que uno debe pasar en Twitter por día?
PCA: Cero.
RLC: ¿Y cuánto pasas por día en Twitter?
PCA: Tal vez como una hora y media. Es terrible. Es terrible. Cada vez tengo que curar más… O sea, es una relación inversamente proporcional. Si sigues como a mucha gente y estás en el ruido, cero minutos. Pero si lo curas como para leer cosas de calidad y tal vez seguir a gente que suba memes también, o sea, como quitarle seriedad al tema y hacerlo un poquito más sano, puedes incrementar de 0 a 10, 15 minutos dependiendo qué tan rápido leas, pero sí, es una cosa terrible esa red social.
RLC: ¿En qué serie, película o novela te gustaría quedarte a vivir?
PCA: Hijo de tu madre. Está cañón. Voy a pensar en alto. No sé si ubicas estos programas que como que te preguntan algo y estás forzado a pensar en alto lo que dices para cuando llegas a una respuesta. En mi mente está pasando así como Harry Potter y entonces ser mago o como algo de ese estilo en alguna escena o en algún espacio en el que pueda yo medio ganar superpoderes. Pero contexto, ¿Pedro Casas puede medio que acoplarse al mundo en el que va a existir o voy a ser un muggle en Harry Potter? Porque si no, descarto que Harry Potter.
RLC: No sé, esa es una buena pregunta, porque yo estaba pensando como que a mi me gustaría vivir en el programa de Bourdain, pero igual y no soy yo el que está viajando y comiendo con Bourdain, ¿no? O igual y me gustaría vivir como en Hamlet, pero igual y me matan a la primera de cambio porque no creo que yo sobreviviría en una era de violencia ni de masculinidades.
PCA: Exacto. Game of Thrones, no, ya valiste madres. Agarras una espada y estás muerto en el segundo uno. Por eso es importante que el personaje pueda ligeramente ser talentoso en su entorno.
RLC: Digamos que sí. Digamos que no serías Harry Potter, pero serías un alguien promedio. Alguien de los que va pasando atrás, ya sabes, un extra.
PCA: Okey, okey. Rayos. No quiero fracasar en la última pregunta.
RLC: O sea, tienes que buscar una sociedad... Creo que tienes que buscar una sociedad relativamente estable, con buen clima, que exista la penicilina.
PCA: Sí, sí.
RLC: Y además que los stakes no sean altísimos, que no sean debido a muerte. Entonces… Ahora estoy pensando como Mad Men.
PCA: Es que lo único malo es que esa situación que dices no la ve... O sea, métele un libro a una serie o una película y no la vendes nunca, cabrón.
RLC: Pero como ser un contador de la oficina de Don Draper. Siento que tu vida sería buena.
PCA: Siento que este tipo de preguntas casi siempre acabas medio que inclinando a lo que estás medio leyendo en el momento, y ahorita estoy… Acabo de empezar un libro que se llama The House of Morgan, que es la historia de la familia Morgan, J.P. Morgan y Morgan Stanley y el imperio Morgan de los banqueros en Estados Unidos. Por ahí como de principios del siglo XX, la familia Morgan tenía un poder impresionante en cuanto a relaciones públicas, porque eran casi como el Banco Central de Estados Unidos. Entonces, el encargado ahí como director de la empresa, un tal Thomas Lamont, era un cuate que se sentaba con Benito Mussolini, Hitler y demás personas. En México le tocó negociar con… Es el famoso... Bueno, no sé si sea famoso, pero con Adolfo de la Huerta para renegociar la deuda mexicana en el 24.
RLC: ¿Que es tu presidente favorito, no?
PCA: Claro, por supuesto. Y acaban haciendo el tratado de la Huerta-Lamont. Eso le da estabilidad financiera a México y luego se logra fundar el Banco de México. Pero todo lo hacía este cuate. Este cuate tenía la capacidad de mover los hilos de países enteros porque estaba en un lugar donde controlaba la economía. Entonces, en esa novela. Creo que porque es la que estoy leyendo y no me quedaría nada mal ser un cuate que habla con Mussolini y líderes así del mundo, y tratar de corregir el cauce del mundo no estaría mal.
RLC: Pedro Casas Alatriste, mil gracias por estar aquí.
PCA: Gracias por invitarme y por estar aquí en mi clóset conmigo.