Galia García Palafox, Julene Iriarte y Mariana Linares me explican cosas
Galia García Palafox, Julene Iriarte y Mariana Linares son periodistas, editoras, y podcasteras. Hablamos sobre su nuevo pod (Desenredar la madeja), el significado de la amistad, la taxonomía de las amistades, libros para niños y ficción feminista. Pueden escuchar la entrevista en Spotify, Apple, o leerla aquí abajo. Mejor escuchen la entrevista porque la transcripción viene de un software y puede tener errores.
ML: Oigan, yo quiero hacer un disclosure antes de empezar. Perdón, ya mi metichez. Ricardo está medio pasmado, pero espero que nos escuche.
GG: Muy pasmados.
ML: Nada, acabo de dar un taller de podcast, vengo de ahí, y utilicé mucho Así como suena y hace mucho que no lo escuchaba, y qué chingonería hicimos. Puse el de Un encuentro a tiempo.
JI: Buenísimo, me encanta esa historia, la gente estaba así, casi llorando.
ML: Yo ese lo uso con mis alumnos, el guión. 100 cada semestre.
JI: ¿Eh, Ricardo, nos escuchas? ¿Participas en nuestra conversación?
RLC: Sí las escucho, y estoy muy contento de…
GG: Tú también hiciste cosas padrísimas, Ricardo.
RLC: Yo tengo un par que me gustan mucho…
JI: No, siento que Ricardo ya se quedó sin internet.
RLC: Espérenme, ¡maldita sea!
ML: Cuatro personas que hacen podcast están teniendo problemas para grabar un podcast.
RLC: Ahí ya las veo. Las veo y las escucho
JI: Ya estás, Ricardo. Ya te oímos y te vemos normal.
RLC: Perdón, no sé qué pasó con el internet. Yo siempre trato de hacer un sacrificio en el altar de los dioses del internet antes de empezar a grabar este podcast y normalmente me tienen buena fe, pero yo creo que después de enterarse que iba a hablar con ustedes igual y es una censura premeditada o algo así.
JI: Fue demasiado, fue demasiado.
RLC: Yo estoy de acuerdo en que en Así como suena hay unos podcast increíbles. A mí me gusta muchísimo…. Siempre que alguien me pide una recomendación me voy al catálogo más viejo y me gusta muchísimo la historia de Luis Pablo de El contrabandista de tabaco, esa es de mis favoritas. Y siento que ahí en ese catálogo hay unos podcasts como… Hay algunos no increíbles, pero hay algunos muy, muy buenos y ahí es donde todos nos hicimos… Bueno, ustedes se hicieron amigas de Cuéntenme, pero yo ahí las conocí a ustedes en Así como suena.
JI: Yo también, Ricardo. Yo conocí a Galia y a Mariana y a todo el equipo en la mesa, solamente conocía a Carlos que me invitó a participar y yo estaba como “todos estos son periodistas de verdad” y yo era estudiante y me encantaba platicar un poco con Mariana porque todos los demás los sentía como, no sé, como bichos raros, no tan sociales.
RLC: Pues sí, los periodistas son raros, ¿no? Somos raros, pero justo lo que quiero hablar con ustedes hoy, como el tema que si yo estuviera en Desenredando la madeja con ustedes es como, que espero que lo haga bien, es como mi pitch, estoy obsesionado con la idea de la amistad y sobre todo con la idea de la amistad cuando uno es adulto, porque yo lentamente me estoy convirtiendo en un adulto y veo que los amigos que tengo y las amigas que tengo son personas que conocí o en la escuela, o más grande en la prepa, o algunas personas en la universidad, o son personas que conoces en lugares muy estructurados como las clases de tenis o las clases de natación o algo así cuando eres niño y pues son tus amigos y un poco ya esos son tus amigos para siempre y siento es muy raro como buscar hacer amigos cuando uno es adulto, o sea, cuando uno ya es más… Se siente como que está muy vulnerable.
ML: Me vas a hacer llorar Ricardo este a ver, me arranco. Hace poco fui a un viaje a Madrid, de trabajo y fue regresar a Madrid después de 16 años, yo fui estudiante en Madrid y fue volver ahora con una perspectiva muy distinta de edad, de tiempo, de experiencia y hacer una cosa laboral, ¿no? Pero lo que más me emocionó, que fue un viaje muy emocionante laboralmente, es que estas dos chamacas que ves aquí enfrente y otras más, muchas más, fueron conmigo este viaje por primera vez a los cuarentamás, de años, de amigas. O sea, mis amigas fueron conmigo a este viaje todo el tiempo. Julene y Galia me mandaban mensajes, yo les mandaba mensajes un día antes de subirme al avión que ya estaba apanicada, pues me echaron porras y fue este viaje, esto que dices tú, darme cuenta que la amistad a los 40 no solo es posible, es indispensable, es sacar del centro, yo creo que en mi caso, de pareja, de maternidad, como sacar del centro eso y darse cuenta que la amistad debería ser ese centro, es una manera de seguirse vinculando con el mundo y con una misma a otro momento de la vida. No solamente… Uno es más vulnerable, sin duda, pero una también es más… Tiene más experiencia y sabe qué tipo de amigas quiere tener y qué tipo de amigas son las que ya tiene y las que también va formando en el camino, en nuestro transitar de La madeja. Yo te diría, y aquí es confesión, no éramos tan amigas. O sea, empezamos a juntarnos por a fines periodísticos, porque alguna vez abrimos un un chat que se llamó chisme y pues a partir de ese chat pues chismeabamos cosas, y luego en la pandemia pues nos atrevimos a vernos nosotras tres y tomarnos una botella de vino que luego se convirtieron en dos botellas. Y sí, es una amistad muy reciente con Julene y con Galia, a pesar de que hemos trabajado juntas años atrás, que tiene que ver con las afinidades un poco, con las agendas también, y mucho me pasa con ellas, que somos muy distintas. Algo pasa con las amistades de la prepa o de la secundaria, que todos somos muy iguales, ¿no? Y en este caso con ellas dos somos muy distintas y a mí me encanta asumir la diversidad que somos las tres, y de que puedo decir lo que yo quiera decir y que me van a criticar en mi cara y que somos muy distintas en nuestros puntos de vista, pero eso ha alimentado mi amistad y el respeto y la admiración que les tengo a ellas, porque siempre encuentro otro punto de vista que no había yo pensado. Entonces, bueno, fue confesión y les agradezco a estas dos amigas que me hayan acompañado en las maletas a Madrid porque sobreviví gracias a que también estaban ellas conmigo.
RLC: Pero es raro, ¿no, Galia? Como esta cosa, como “somos dos personas, somos dos adultos o dos adultas y vamos a tomar una decisión consciente de ser amigues”. A mí me hace sentir como hasta incómodo, como que estoy abriendo mi corazoncito a alguien, como “hay que ser amigos”, y me siento de repente como de 13 años, con la nariz más grande que el resto de la cara.
GG: Pero tú haces eso, Ricardo, porque yo…O sea, yo sí creo que yo soy la peor persona para hacer amigos. O sea, yo no sé cómo se hace un amigo, yo, cuando conozco a alguien en una reunión o en algo de trabajo y me cae muy bien, no sé cómo hacerle para ser amigos, honestamente. Y sí, tengo muchos, no soy ninguna antisocial, pero sí creo que o sucede, porque sucede, pues a lo mejor podemos quedar de tomarnos un café o una chela o algo, o no me sale. Yo no sé cómo se le hace para ir forjando una amistad que no sea de manera totalmente natural. Y me gusta mucho esto que dice Mariana de cómo la verdad es que tus amigos de la prepa… O sea, si pienso en mis amigas de la prepa o de la secundaria, la verdad es que todas nos parecemos muchísimo, o sea, hasta nos vestíamos igual, nos peinabamos igual y demás y a veces hasta te te gustaba el mismo niño, y mis amigos de la edad adulta son totalmente distintos, y la amistad además se basa en otras cosas. A diferencia de mis amigas de la secundaria, con quienes quería yo estar pegada todo el tiempo, pues con mis amigos de la edad adulta no sucede y además pues hallas amigos para distintas cosas y para distintos momentos, ¿no? O sea, Mariana te hacía esta confesión de que no somos tan amigas de toda la vida. Mariana y yo nos conocemos desde hace más de diez años, yo te voy a confesar, Mariana y yo no fuimos amigas al principio. Lo que sí te puedo decir es que, por lo menos de mi lado, pero creo que también del de ella, lo que siempre hubo era como un gran respeto y admiración, por lo menos por el trabajo de la otra, yo por su trabajo y por su talento. Y luego empezamos esto y creo que ha sido una amistad muy divertida, a pesar de ser como acotada, ¿no? O sea, no compartimos todo nuestro mundo, pero los pedazos que compartimos son maravillosos.
RLC: ¿Cómo piensas, Julene, en este tema de las amistades? ¿Cómo se comparan tus amigos y amigas de cuando eras chica a estas amigas de cuando ya no eres tan chica? Y también como esta idea de aprender a ser amigas en público, o sea, en un podcast con los micrófonos en el medio.
JI: Ay, qué nervios. Mira, creo que mi principal problema es que le llamamos amigo... O sea, tenemos como una palabra para tantos tipos de relaciones, ¿no? Que justo tienes que estar como “bueno, pero no es muy íntimo, es más mi conocido, pero sí nos llevamos bien pero…” Híjole, como que tendríamos que tener más términos. Creo que esa es una muy importante distinción. Y las amigas así entrañables de toda la vida, creo que siempre, en mi caso, van a ser mis amigas de prepa, porque como que te construiste con ellas y como que tienes un algo más que no tiene que ver con la profundidad, ni siquiera intelectual, pero como que del corazón, de que ya de ahí eres y es como tu manadita. Pero yo, a diferencia de Galia, soy muy experta en hacer amigos cuando me interesa, entonces yo me acuerdo que… Por ejemplo, hay gente de Twitter que me cae bien y les he escrito “oigan, ¿quieren venir a comer a mi casa?” No tengo miedo de poner... Me encantó una caricatura que vi, que subí a Instagram, que es como maneras de hacer amigos, y una de las maneras, la última y la peor, era como que llegas con un grillete y se lo pones en la mano. Siento que súper soy yo. O sea, me caes bien, ya te eché el ojo y te voy a invitar a mi casa y te voy a dar de beber y te voy a convencer de ser mi amigo, entonces lo he hecho muchas veces. De hecho, ahorita que estábamos hablando de Así como suena yo me acuerdo que decía “¿por qué no…? O sea, todos me caen increíble, ¿por qué no nos vemos? ¿Por qué no hacemos algo ya?” En alguna ocasión los invité a mi casa, siento que no fluyó tanto. Hizo falta más alcohol, tal vez, pero a mí se me da muy fácil cuando alguien me cae bien, cuando ya fluye, como ponerle el grilletito, y al mismo tiempo creo que no soy una persona de amistades muy absorbentes, o sea, difícilmente tengo alguna amiga con la que a diario hable, pero cuando estoy, estoy como muy entregada, pero no soy de carrera larga, soy más de sprints, yo creo.
RLC: Yo también, es algo que como que he descubierto ahora que soy más adulto que antes, o sea, no realmente, pero un poco, pero de pronto uno se da cuenta de que que no pasa nada si no has visto a tus amigos en seis meses ¿no? O si no les mandas un mensaje o… Yo no soy muy de redes sociales, pero me di cuenta en algún momento que da lo mismo que no hayas hablado con una persona en seis meses y que nada más le mandas un mensajito como “¿estás vivo? ¿estás bien? ¿todo en orden?” y listo, y eso es suficiente. Eso puede ser, pero creo, Mariana, y un poco lo decía Galia, que cuando uno es más joven piensa que si no has hablado con tus amigas en dos semanas ya se acabó la vida, ya nunca más vas a volver a hablar con ellas y seguramente ya te odien. ¿Voy bien? ¿Estoy convirtiéndome en un adulto que entiende bien la amistad o me voy a llevar varias decepciones?
ML: No, hombre, mira, vas perfecto. Esto es como el amor romántico también. O sea, hay que pasar por el mal camino, porque eso es lo que nos tocó en la vida. Pero lo que te da la edad con la amistad es la libertad, la posibilidad de elegir quién quisieras que fuera tu amiga y desde tu propia libertad. En la prepa, la secundaria, la escuela, la universidad inclusive, pues estás con los que están en tu salón, no hay tanta libertad de elegir quién quisieras que fuera tu amigo, ¿no? Entonces yo creo que la libertad juega un papel muy importante en esto que llamamos la edad adulta, que además quisiera yo decirles que es muy larga, ya lo hemos platicado aquí. O sea, la infancia está muy acotada, la adolescencia sabemos cuánto dura, la adultez es larguísima. Pensar que no podemos hacer nuevos amigos en estos, no sé, 50 años de vida es muy duro. Más bien darnos cuenta que ser adulto son muchos años y que ojalá que en esos tantos años tengas muchos amigos distintos para la época de la adultez, que sigue sucediendo. Y también hay una cosa que me parece importante, que es despedirse de los amigos también. Como que estamos muy acostumbradas a que cortas con tu novio, a que te divorcias, a que renuncias a un trabajo, pero también con la amistad, se acaba y no pasa nada.
JI: Ay Mariana, pero a poco le hablas a alguien y le dices “oye, no eres tú, soy yo”.
ML: Pues más bien le dejo de hablar.
GG: Ghosting, eso es ghosting, Mariana. Justo escuché un podcast que me gustó mucho de este tema, de cómo terminar las amistades y entonces era como… La persona que estaba hablando en ese momento estaba muy contenta de que había tenido una platica como para cortar con su amiga, como decirle “¿sabes qué? a partir de hoy…” creo que aparte era como que una se volvió mamá y ya no tenían nada en común y entonces ella le habló y le dijo “hasta aquí llegamos”. Y no sé, no sé si quedas un poco exhibida, como de “oye, te estaba hablando para cortarte de amiga”. Qué complicado.
JL: Pero bueno, un poco para abonar lo que decía Ricardo de que te duele que no les has hablado, de que te vas a morir porque ya… “Uy, es que normalmente era cada semana y ahora ya no”. O sea, yo creo que tendríamos que empezar a respetar los tiempos de la amistad, no cortar, porque es duro, pero pues evoluciona también y no necesitas estar todo el tiempo, como nos pasa a esta edad, hablando todo el tiempo o estar pendientes porque sabes que estamos pendientes, ¿no? Y hay momentos donde estás más afín con una amiga y hay momentos donde no, hay temas en donde sí, como decía Galia, como decías tú, viene de… Hay cosas con las que converso mejor en esto, otras no, y es válido, es válido también, y no es este muégano de que “ya no me habló”. Yo, lo confieso aquí también, esas amigas que me llaman para reclamarme por qué no he hablado, por qué no has ido, por qué no me dijiste, no puedo. Se acabó ya. Para mí eso no es la amistad. Es como wey, ya tengo una pareja que me lo está exigiendo suficiente.
GG: ¿Y sabes qué? Creo que también con la edad aprendes a tener límites y a ponerlos con las amistades Y sabes que sí y que no y hasta dónde estás dispuesto a lo que sea. Cuando tienes 18 años o 20 años eso es muy difícil, porque además no te has terminado de construir como persona y tampoco tienes muy claro cuáles son tus límites, mucho menos ponérselos a los otros. Es un poco como el amor romántico, hasta dónde sí y hasta donde no. O sea, creo que a esta edad nosotras sabemos clarísimo qué no le aguantaríamos a un amigo o a una amiga, pero también sabemos ponernos límites nosotras hacia los demás. Y esa parte, aunque parezca, aunque esté usando la palabra límites, es de total libertad. O sea, se siente muy bien saber eso.
RLC: Yo tengo amigos que sé que necesitan más atención que otros, y tengo amigos que están como tan cómodos con quiénes son y dónde están y qué hacen y cómo pasan sus días que me tengo que poner, como mandarme un mail como “en seis meses escríbele, nada más hay que checar que siga vivo”. Y también siento que hay como estas amistades cuando uno es más grande como de actividad ¿no? O sea, puede ser amigo como de con los que juegas fut y nada más son tus amigos una hora a la semana o pueden ser tus amigos como con los que comes en la chamba. Y creo que eso también está bien, aunque lo que me parece más interesante de todo esto es lo que dices, Julene, de la falta de como de términos, necesitamos una taxonomía de los amigos, pero yo ahí te propongo que hagamos como amigos, cuates, compas, brothers, ¿Cuál te gusta más?
JI: Pues a ver, yo tengo mi bolita del pádel, entonces nos juntamos, jugamos pádel y me siento hasta mal a veces de que no se ni en qué trabajan ni si están casadas. O sea, las veo todas las semanas y no sé nada de ellas, pero son mi bolita del padel. Y tengo también una categoría que te faltó, que es muy importante para las amistades adultas, creo que Mariana va a estar de acuerdo porque estamos en las mismas, que son las mamás de los amigos de tus hijos, y entonces, cuando de repente dices “oye, ¿cómo conoceré gente?” que normalmente lo que tu decías, pues estás en la universidad o estás en prepa y pues están en tu salón, pues de repente dices “oye, si yo necesitara amigos ¿cómo los conseguiría?” Bueno, pues lo mejor es mandar a tu hijo a un salón a hacer amigos y que te traiga a sus familias. El riesgo ahí es educarlos muy bien a que sepan escoger niños que tienen mamás chidas porque de repente te dicen “oye, es que yo quiero invitar a fulanita”. Pobre niña, seguro es un encanto, pero no me voy a tragar a la mamá, entonces pues por ahí no vas a poder invitar a Chuchita, pero a mí me han llegado por mucha suerte familias, porque mamás y papás, increíbles y ha sido como ok, no lo estoy haciendo tan mal con mis hijos, si están escogiendo estas amistades que me parecen satisfactorias.
RLC: ¿Lo ves así, Mariana?
ML: Me encanta ese ejemplo, porque sí, en pandemia fue muy poderoso unirnos con otros papás y mamás que estábamos en la misma complicación de la vida. Yo me acuerdo de una llamada que les hice en particular a dos mamás que también trabajan y que tienen dos hijas de las mismas edades que mis hijas, llamada en agosto diciéndoles “chicas, si no volvemos a clase en septiembre yo me suicido”, y entonces la respuesta de las dos autónomamente fue “yo también, ¿qué hacemos?” Y entonces, bueno, armamos toda una burbuja en donde también los papás se involucraron mucho y se hizo una amistad muy potente que al revés de Julene, por ejemplo, mis hijas ya no se llevan con esas amigas, pero yo sí me sigo llevando con esas mamás. O sea, ellas son mis nuevas amigas en donde ya compartimos otras cosas y a veces sale el tema de los hijos y a veces nos ayudamos y a veces vamos por ellas y hacemos esos intercambios y esos apoyos, ¿no? Pero a mi me ha pasado al revés, ellas ya no son amigas y ellas siguen siendo mis amigas.
RLC: Galia, ¿qué es lo más sorprendente que has aprendido de Mariana y Julene desde que empezaron el podcast?
GG: A ver, más allá de lo que he aprendido de cada una de ellas, lo más maravilloso que he aprendido es que trabajar con gente que sabe lo que quiere, y como dice Julene, habla de corridito, es la cosa más maravillosa del mundo. Y no quiero decir que hable de corridito en el podcast, porque ahí hablamos mucho pero nos trabamos un montón, pero tenemos muy claras, primero, las funciones de cada quien, las tres sabemos… Bueno, yo siempre sé que cada una está haciendo lo suyo, que si hay algo que yo no puedo hacer por cualquier razón lo voy a decir, y entonces Julene y Mariana me van a decir “yo me echo eso”. Eso es maravilloso. Y creo que eso sí es trabajar entre amigas y con amigas, no solo confiamos una en la otra y en el talento de cada quien y en, no voy a decir el mérito porque después del podcast de la meritocracia no va a sonar bien, pero en el talento y en el trabajo de cada una, pero además estamos para ayudarle a la otra cuando a la otra se le atora algo. O sea, si Julene me dice “oye, no voy a poder tal cosa”, yo sé que es porque de verdad no puede.
RLC: Estaba escuchando el de la meritocracia caminando, y de pronto hubo un momento de tensión en su podcast en el que Galia, yo pensé que tú ibas a defender como sí un poco el mérito, ibas a estar del lado como de ese lado más como gringo de cada quien con sus habilidades y yo decía “muy bien Galia, diles algo”, y estaba echando porras como dos semanas después, y de pronto… ¿Cómo deciden qué temas…? Porque de la meritocracia al horóscopo hay 1 millón de kilómetros. ¿Cómo deciden cuáles son los temas que van a hacer y cómo deciden quién es, como la encargada de de presentarlo? Porque siempre hay una de ustedes tres que es como la que lleva el tema a la mesa.
JI: Sí, hay unos que se van bien fácil y que alguien tiene una duda genuina y que lo presenta y realmente es tal cual. Y hay otros que hacemos como listita de temas que nos parecerían interesantes y ahí pues no sé, alguien se ofrece a ser la ayudante, digamos.
GG: Hay algunos donde no hay duda quien es la dudante, como en el de los horóscopos.
ML: O que una no dudaba y luego la hacen dudar, que es lo que me pasó a mí. Pero lo que pasó con La madeja es que ese chat es así, o sea, había como una duda de alguna de las tres que poníamos en lo periodístico o en lo personal y lo poníamos ahí y las otras dos hacíamos la tarea de contestarle esa duda que estaba en el aire de diferentes temas. Nos íbamos a llamar Las dudantes en algún momento, y luego lo que nos pasa mucho también, a las tres, conversamos mucho sobre qué está pasando con el periodismo en México y en el mundo. Es un tema que siempre, no importa cuál botella de vino tengamos que abrir, sale en nuestras conversaciones, y sabíamos que queríamos hacerlo desde ahí también, desde la duda, desde el oficio periodístico, lo que te hace dudar es lo que te hace ser periodista, ¿no? Y queríamos hacer ese podcast desde esa duda que normalmente, naturalmente nos sigue pasando. Entonces hay temas en donde sigue pasando naturalmente “¿oigan, que onda con no sé qué?” Entonces las otras dos que somos igual nerds y muy aplicadas, pues nos ponemos a la tarea de intentar contestarle. A mí lo que me ha sorprendido de ellas, de este trabajo en colectivo, es que no nos pisoteamos, y es una cosa que es difícil que suceda en el oficio periodístico. Hay un respeto todo el tiempo, pero también hay una curiosidad todo el tiempo y hay una competencia también todo el tiempo como de sorprendernos, no la competencia por quien trae la primicia, pero sí hay unas ganas, al menos de mi parte, como que quiero sorprenderlas y ellas todo el tiempo me siguen sorprendiendo cuando estamos ya grabando el podcast, porque siempre nos guardamos ases bajo la manga, aunque trabajamos un guión. Y eso es muy bonito porque sabemos que vamos a llegar a grabar para seguir sorprendiéndonos las unas a las otras.
RLC: Julene, ¿quieres ser un poquito menos diplomática que Mariana y Galia? Porque yo pensé que estábamos todos aquí entre amigos y yo buscaba una primicia, buscaba tensión, no sé, buscaba una copa de vino rota, ya sabes, contra la pared. Algo así.
JI: Mira, a mi me tiene muy sorprendida la capacidad de Galia de nunca parar todos los episodios. Yo digo “bueno, ya llegamos a una conclusión”, y en todos los episodios Galia dice “bueno, pero ¿qué pasaría si tal cosa?” Y yo “a ver, ya acabó, ya, ya”. Pero es como… En teoría, hablando de horóscopos, yo debo de ser la perfeccionista porque yo soy la virgo, pero Galia nunca para. O sea, siempre hay algo más a explorar, algo más a comentar, otro ángulo desde el cual verlo. O sea, me parece increíble eso y Mariana me tiene muy impresionada la capacidad que tiene de salir al quite, o sea, le puedes echar ahorita… Después te reto a que le hagas una pregunta así de otro tema. Se tarda tres segundos y ya tiene el comentario, o sea, como una agilidad y una manera tan encantadora de llevar la conversación que a mí personalmente me encanta cuando es Mariana la dudante, siento que lleva increíble la conversación, sabe como en dónde hacer énfasis. Yo siento que a mí se me va de las manos, no soy buena, pero esas características de Galia y de Mariana me encantan.
RLC: ¿Y lo hacen así? O sea, como en plan “a mí me toca ser la dudante esta semana, a ti te toca ser la dudante.
JI: Sí, la conversación interna es escogemos el tema y quién va a dudar al mismo tiempo.
GG: Digamos que la idea original se ha ido transformando un poquito a lo largo de este año, porque hace ¿qué será? un año que empezamos con esto. La idea era que hay todos estos temas que son estos de los que hablaba Mariana, los que poníamos en el chat, como “¿oigan ustedes qué piensan de que cancelen a fulanito de tal?” Y entonces “pues yo no estoy entendiendo bien qué es esto de la cancelación” y entonces las otras dos entrábamos al quite. A veces pasaba que estábamos del mismo lado, a veces pasaba que estábamos de distintos lados y a veces pasaba que pues la verdad yo tampoco tengo mucha idea y me pongo a estudiar. Eso era un poco como empezó esto, como todos estos temas de los que no estoy muy segura de qué lado quiero estar, como en la meritocracia. Y ahora que mencionaste esto, sí te voy a decir que cuando salimos de meritocracia, por primera vez sí sentí que Julene y yo nos habíamos gritoneado frente al micrófono. La verdad es que no se nota tanto. No sé si hicieron un gran trabajo en postproducción, pero sí sentí de pronto que manoteamos por ahí.
RLC: Yo lo sentí muy, muy amable, muy ordenado, muy amistoso. O sea, en ningún momento sentí como que fuera un debate o un pleito ni mucho menos. Más bien era como realmente dudas de lo que dice Julene, Julene duda de lo que dice Galia, son perspectivas distintas. Creo que ahí son los mejores momentos, para mí de La madeja, son esos y luego los momentos en los que revelan un pedacito de sus vidas privadas o pasadas, o sea, como… En el de horóscopos me tuve que parar en un semáforo a reírme de Julene con su roomie china hace muchos años. Y esa es mi siguiente pregunta ¿cómo manejan la tensión entre revelar un poco de sus vidas privadas, sobre todo sabiendo que ustedes son personas muy privadas, comparadas con el resto de los periodistas y las periodistas mexicanos y mexicanas? Ahora sí me sentí como Fox. ¿Cómo manejan la tensión entre revelar un poquito de sus vidas privadas? que sin duda es bueno para el podcast, pero quién sabe si es bueno para ustedes.
ML: Bueno, ahí también es parte de esta amistad. O sea, no era así. Nuestra primera vez que nos juntamos a echar un vino no fue así, y como decía Galia, no compartimos nosotras tampoco todas nuestras vidas con nosotras, como que ha ido saliendo. Y cuando pusimos la grabadora por primera vez hace un año en este podcast, como que así pasó. Yo me sorprendí a mí misma en ese primer podcast diciendo esas confesiones, o sea, diosito santo, porque, lo confieso también aquí, pensé que nunca iba a ver ese podcast. O sea, ese primer momento fue un ejercicio de grabarnos y como que empezar a activarnos otra vez por la pandemia. Honestamente, yo dije “esto nunca se va a publicar”. Corte a amor romántico cassette, señor que le envié ese cassette, ya me escribió el otro señor que no le envié cassette ya me lo reclamó, y ha sido muy raro porque normalmente nosotras tres estamos detrás de cámaras o haciendo el trabajo de la investigación. Nos ha tomado quemar el miedo, que también ha sido un viaje juntas muy lindo, porque cada 15 días nos da otra vez el mismo pudor, porque se dijeron cosas de la vida para utilizar ejemplos, tampoco somos Gabriela Vines, no tenemos ese interés, no queremos llegar a eso, sino que sirva de ejemplo para nuestros temas. Y pues como que otra vez, cada 15 días.
JL: Yo creo que las anécdotas son válidas y están padres siempre que informan nuestras opiniones, porque al final, aunque hay una parte de investigación, también estamos dando la opinión de lo que nosotros pensamos del tema, y entonces tus opiniones siempre vienen de tus anécdotas, de tus experiencias, y digo, como dice Mariana, el pudor máximo, ¿no? A mí, por ejemplo, me costó horrores, que estas dos profesionales me sacaron tres fotos, y yo decía “¿cómo me paro? ¿Qué sonrisa se pone? ¿Qué es esto?” como una experiencia nueva. A la hora de las anécdotas, también las anécdotas… A mí las que me han salido, por ejemplo, son anécdotas también que ya tengo muy contadas. O sea, no es como que de repente abres tu corazón, no, pero evidentemente estoy de acuerdo contigo, que lo más divertido de estar escuchando una conversación entre amigas, pues son esos detalles, es lo más padre. Me encanta cuando Mariana dijo lo de su abuelo en el de meritocracia o cuando Galia dice “tengo que tomar una decisión muy importante y ¿qué creen? Me fui a echar las cartas” y dices “wey, ¿de qué estás hablando qué?” Y ahí es cuando es lo más divertido.
RLC: Galia, ¿Cómo ves tú? ¿Cómo decides…? Hay personas en el ojo público, hay personas públicas que cuentan mucho de sus vidas y hay personas que no cuentan nada y sobre todo tú, creo, de los cuatro que estamos, eres ultra privada.
GG: Yo la verdad es que me he sorprendido a mí misma en esto, en las confesiones que hago cuando me pones un micrófono enfrente, pero además cuando me pones a estas dos señoras de enfrente, que creo que tiene que ver con esto de que yo no me di cuenta en qué momento empezamos a ser amigas, porque yo no sé hacer amigos, estoy sonando horrible, tengo un montón de amigos, pero no sé cómo hacerlos, yo no soy como Julene, o sea yo… Twitter porque ellas me obligan, pero yo no sé cómo invitar a alguien que no conozco a cenar a mi casa, pero a mí tampoco me dan ganas, la verdad. ¿No? Como que tengo mi vida muy ocupada y gente muy chida y entonces como que “gente nueva en mi vida que estoy segura que va a estar padre esta cena”, yo no digo eso. Y creo que con ellas me pasó un poco esto, o sea, si me hubieras preguntado hace un año “¿son tus amigas?” te hubiera dicho “por supuesto que son mis amigas”, pero no me di cuenta en qué momento me sentí tan cómoda como para que me las pusieras a ellas dos en frente y un micrófono en frente y yo empezara a contar cosas sobre el amor, cosas súper personales.
RLC: A mi me gusta eso. Creo que… Es un cliché horroroso, pero los podcasts nos gustan porque son íntimos, porque estar escuchando a una persona hablarte en el oído es muy íntimo. Y sobre todo si estás escuchando un podcast, no sé de lo que sea... El otro día estaba escuchando al editor del New Yorker, que fue el corresponsal del Washington Post en Moscú por muchos años durante la caída de la Unión Soviética, y lo estaban entrevistando sobre la guerra en la guerra en Ucrania, y contó como un pedacito de su vida en Moscú cuando tenía treintaitantos y todo lo demás me dejó de importar, yo lo único que quería saber era cómo era la vida de este joven periodista en Moscú hace 30 años. Y me pasa con todos los podcast que escucho. Lo que más me gusta es cuando revelan un pedacito de sus vidas, cuando dicen “mi esposa, mis dos hijos, mi tal”, porque piensas que los conoces, y hay algunos que lo hacen al extremo, que cuentan todo lo que les pasó y qué comieron y lo que sea, pero yo como que a eso le voy, las escucho y me froto las manos y digo “¿ahora qué van a contar de sus vidas?
GG: ¿Ahora cuál es el chisme? ¿Sabes qué, Ricardo? Creo que un poco parte de nuestra idea, no lo teníamos así de claro, se ha ido aclarando en el camino, era, sí, hacer esta cosa muy explicativa en la que, o sea, tú no sabes lo que Julene y Mariana estudian o a la gente que le hablamos antes de sentarnos a grabar, pero lo que queríamos era que no se vean los cables y solo así, solo, solo haciéndolo muy personal como nos lo contaríamos nosotros, que sí nos lo contamos así, cuando tenemos una botella de vino o de mezcal o un café en frente, era haciéndolo muy personal, ¿no? Porque como tú decías, el podcast es súper personal y nadie quiere a un extraño adentro de su oído.
ML: Y para responder tu pregunta inicial de la amistad, hay una cosa también muy padre de que como no somos amigas de tanto tiempo, ni somos las amigas de la prepa, que ya sabemos el color favorito, el sabor favorito de helado, no lo sabemos. O sea, somos unas amigas muy recientes que estamos descubriéndonos también. Entonces esas confesiones también funcionan para entender esas nuevas amigas o para conocerlas. Es “oye, yo no sabía que tu abuelo era de Toluca” “no, pues no, porque me acabas de conocer”, “yo no sabía que te gustaba la poesía”, “no, pues no, porque nunca hemos platicado sobre eso” y es muy bonito hacer nuevas amigas en este momento de la vida que no tienes que conocer todo, es padre ir descubriendo quién es esa amiga nueva que estás haciendo en este momento de la vida.
RLC: Me gusta muchísimo. Déjame hacer unas preguntas un poco raras. ¿Julene, cuál es tu libro para niños favorito?
JL: Hay uno que me gustaba mucho leerle a mis hijos, que es ¿A qué sabe la luna? Y entonces son como muchos animales que tienen que hacer trabajo en equipo para que al final… Construyen como esta pirámide, como columna gigante de animales, uno encima del otro y al final ya uno lo prueba. Y hay un charco de agua, un lago y está un pescado, un pez, más bien, al ladito del reflejo de la luna y dice “tanto rollo y aquí estaba la luna, me hubieran preguntado a mi”.
RLC: Galia, película, novela, ficción sobre la amistad.
GG: A ver, cosas que he leído recientemente… Normal people, de Sally Rooney. Creo que es una linda novela sobre la amistad. ¿Sabes qué creo? Que... He estado leyendo mucha poesía últimamente, y… La cara de Julene, tendrían que verla… Ahorita no me acordaría de ninguno. Pero creo que, por ejemplo, cuando empecé a leer a Alfonsina Storni me di cuenta que tenía unos poemas preciosos, no necesariamente sobre el amor y demás… Vaya, el amor de pareja, y que muchas cosas que yo pensaba que a lo mejor me habían pasado por enfrente y que me sonaban a que era sobre el amor de pareja pues a veces también aplicaban al amor de la amistad, porque en la amistad hay un gran amor. O sea… No sé quién decía, Platón o Aristóteles, “la amistad es un alma que vive en dos cuerpos”.
RLC: Mariana, ficción sobre ser mujer.
ML: Estas preguntas se mandan por adelantado, Ricardo para quedar bien acá.
RLC: No, en este podcast a ustedes les fue muy fácil porque son mis amigas, pero este podcast es como un examen. Es bien difícil este podcast..
ML: Bueno, a ver, te diría que dos. Siguiendo con Galia en el tema de la poesía, a mi Rupi Kaur me encanta porque habla todo el tiempo sobre ser mujer, desde diferentes puntos, desde la hija, desde la madre, desde la que violaron, desde la que dejaron, desde la soledad. Entonces me encanta, todo lo que haga Rupi me encanta. Y otro libro, que le regalé justo a Galia, que se llama Cuando las mujeres fueron pájaros, que no necesariamente es sobre ser mujer, pero sobre lo que significa tu voz, y en este caso es una escritora, Terry Tempest Williams, que habla sobre la importancia de encontrar tu voz. Entonces esos dos me encantan y regreso a ellos cuando hay algún traspié en la vida y siempre encuentro algo subrayado que me ayuda a seguir.
RLC: Me dio muchísimo gusto hablar con ustedes, verlas y me da mucho gusto escucharlas en Desenredar la madeja. Mi única queja es que háganlo todas las semanas, por favor. Si los tiempos de producción permiten, hagan uno cada semana para acompañarme en mis paseos.
GG: Para que Julene me odie, ¿Puedo hacer lo que hago siempre en Desenredando la madeja?
RLC: Claro.
GG: Decir algo cuando ya terminamos. No, es que justo estoy en frente de mis libreros, y entonces el libro que me brincó… Levanté la cabeza después de tu pregunta sobre el libro, sobre la amistad, y el primero que vi fue Todo Mafalda, y creo que ese es un gran libro sobre la amistad entre gente. Vaya, son tiras, ¿no? Pero es un gran ejemplo de la amistad entre niños que son totalmente distintos.
RLC: Qué buen lugar para terminar. Mariana Linares, Gala García Palafox, Julene Iriarte. Mil gracias por el tiempo y por platicar conmigo y por darme chance de ver cómo es participar en un podcast con ustedes.
JI: Gracias a ti, Ricardo, te extrañamos mucho por acá.
ML: Gracias. Ya vuelve.