Catalina Aguilar Mastretta sobre guionismo, ser directora de cine y la nostalgia milenial
Catalina Aguilar Mastretta es escritora, guionista y directora. Estudió Comunicación en la Ibero, cine en NYU y guionismo en el American Film Institute. Ha dirigido Las horas contigo, Todos queremos a alguien y Cindy la regia. Su primera novela es Todos los días son nuestros.
Hablamos sobre guionismo, su proceso creativo, Star Wars, la tendencia milenial a la nostalgia, las lecciones que aprendió de sus padres, Larry David, las comedias románticas y Los Ángeles.
Pueden escuchar la entrevista en Spotify, Apple o Stitcher, o leerla aquí abajo. Mejor escuchen la entrevista porque la transcripción viene de un software y puede tener errores.
RLC: Catalina Aguilar Mastretta, muchísimas gracias por estar aquí.
CAM: N'hombre, muchas gracias por invitarme.
RLC: ¿Qué es lo que te atrae de la nostalgia como escritora?
CAM: Creo que somos una generación muy dada a la nostalgia. Estuve viendo este show de Fran Lebowitz en Netflix, Pretend It’s a city y tiene este momento muy chistoso, donde dice que una bola de personas de mi edad y mucho más chicas vienen y le dicen que qué envidia que vivió en Nueva York en los años 70, dice “me parece la cosa más rara del universo. Me queda claro que cuando yo tenía 20 años lo último que se me ocurría es ir con alguien de mi edad a decirle ‘qué ganas de haber vivido en Nueva York en los 30’”. O sea, tenemos, creo que por los medios que hemos consumido, por las historias que hemos consumido, por el ambiente cultural en el que hemos crecido, los millennials tenemos una tendencia a la nostalgia importante y a pensar en nuestras infancias y en los tiempos pasados, como mucho mejores... Ni siquiera mucho mejores, pero como quizá recuperables, es la diferencia. Creo que todas las generaciones o la mayoría piensa en los tiempos pasados como mejores pero creo que nosotros tenemos una tendencia a querer capturarlos porque hemos sido de las primeras generaciones que hemos sido capaces de hacerlo. Entonces creo que de ahí viene. Creo que sí es una cosa generacional Para mí específicamente viene de una gana de entender el pasado y de capturarlo para repetirlo y no repetirlo, las dos cosas.
RLC: ¿Se puede ser escritor si uno piensa que el mundo y las personas que lo habitan son, en general, buenos?
CAM: Claro, al revés. Yo creo que no se puede ser escritor del otro modo. Si piensas en la literatura incluso más catastrofista, tiende a creer en el triunfo del bien. Incluso si no tiene un final feliz tradicional. Creo que la narrativa en general tiende a tener finales felices en términos de que son satisfactorios y el cinismo puro y duro no es muy exitoso en la narrativa.
RLC: Más allá de lo formal, digamos que para unos es y para el otro usas Celtx, ¿Cómo es diferente escribir guiones para cine que prosa para la página?
CAM: Es radicalmente distinto. La prosa en muchos sentidos es mucho más libre y para mí mucho más fácil, no que sea fácil escribir una novela, pero hay mucha libertad en la estructura que los guiones de las películas y de series tradicionales, que son las obras que yo escribo y en general todos consumimos, no tienen. Y esa falta de flexibilidad es una obstrucción interesante que las vuelve un reto. Escribir guiones es divertido pero al mismo tiempo sí, son más planos que documentos literarios, entonces en eso para mí son radicalmente distintos. O sea, yo no soy de esos guionistas que creen... No soy Tarantino, no creo que los guiones sean unas cosas que tengan que existir para nada más que para convencer a alguien más de que se conviertan en otra cosa. Por eso siento que se han vuelto dignos de leer, porque muchas veces los escritores estamos tratando de convencer a productores, actores, directores y a gente francamente que tiene dinero, de que nos deje o que le entregue eso a alguien para que se vuelva lo que realmente tiene que ser, que es una obra audiovisual. Entonces en eso son radicalmente distintos en términos de que uno no es un producto terminado, uno es la diferencia entre una casa y un plano.
RLC: ¿Por qué está buena la primera trilogía de Star Wars?
CAM: Porque era muy original. O sea, creo que yo siempre me peleo mucho con las secuelas, no necesariamente porque sean malas, sino porque nunca van a ser... Sólo vas a escuchar de la Fuerza una sola vez en tu vida. Y obviamente todas esas cosas están sacadas de otros mitos, están sacadas de de historias que son ancestrales y repetitivas y no necesariamente... O sea, siempre te vas a encontrar con alguien insoportable que te diga que la historia de Star Wars ya se ha contado 600 veces antes, qué más da que la sigamos contando y claro, pero también hay magia en los específicos. Solo una vez vas a tener el misterio de quién es Obi-Wan Kenobi, sólo una vez se te va a descubrir lo que es el entrenamiento de un Jedi y todas estas cosas que este wey inventó. Entonces, la próxima vez que veas que la Fuerza blablabla, por más que te la vuelvan misteriosa, pues ya no es misteriosa porque ya la viste. Entonces para mí no hay nada mejor que la primera versión de todo. También soy de esas apócrifas que creen que la primera película de El Padrino es mucho mejor que la segunda porque ya que conoces un tono, ya que conoces de esa familia, todo puede ser rico e interesante, pero nunca es fresco del modo en que las cosas son al principio.
RLC: ¿Han disparó primero?
CAM: Sí, claro que sí. Esa es la otra cosa que es interesante de todo el fenómeno de Star Wars, que es la diferencia entre qué cosa sigue siendo de los autores y qué cosas deja de ser de un autor, hasta dónde llega la responsabilidad tuya como creador con tu audiencia. Y creo que por eso hay esta relación amor-odio tan intensa con George Lucas, porque creo que ha traicionado esa confianza, mucho. Y ¿Está en su derecho de traicionarla? Claro, sin duda a nivel comercial .Es dueño de todo. O era, antes de venderlo. ¿Puede hacer lo que le dé la gana, que ese es su argumento? Sí, y ¿Uno puede seguir editando las cosas que hizo para siempre? Sin duda. Pero es injusto con la audiencia. Ahorita acabo de… Van a reeditar mi libro Todos los días son nuestros porque se cumplen cinco años de que lo editamos la primera vez, y lo leí otra vez porque había algunas erratas en el texto y me daban muchísimas ganas de reescribirlo, porque uno siempre dice “ah, esto está pésimo, ¿por qué hice esto? A todo este capítulo le sobran miles de palabras, aquí debería ser más rápido, esta frase está mal puesta” y dije “no, ni modo, las cosas son lo que son en su tiempo”. Y creo que hay que resistir la tentación de recrear tu propia historia. Es lo mismo que hablábamos de la nostalgia, o sea… No, el tiempo pasa y eso es lo que hace a las cosas especiales. Entonces esta cosa que ha hecho George Lucas, de empeñarse en reescribir su propia historia, es tramposa, la sentimos tramposa como seres humanos porque no es una cosa que se pueda hacer en general en la vida y por lo tanto no queremos que se pueda hacer en el arte.
RLC: ¿Pero por qué crees que como autor George Lucas, más allá de lo comercial, como autor, por qué crees que Lucas no puede dejar de meterle mano a Star Wars?
CAM: Ah, no, ese es un asunto de psicólogo. O sea, yo te puedo echar muchas teorías. Siento que no pudo nunca volver a inventar una cosa igual de interesante. Y entonces creo que lo que tienes… Puedes voltearte a querer obsesionarte con volver eso la mejor versión de sí misma, y la mejor versión de sí misma cambia conforme cambias tú. También hay una cosa, de nuevo, de naturaleza humana de querer retomar los errores de tu pasado y corregirlos. Y eso, como creadores, de repente podemos tener una cosa tangible en donde hacerla. Y creo que quizá hay una cosa ahí... No sé, no conozco la vida de George Lucas, pero quizá hay una cosa ahí como de “quiero volver al pasado y no cometer errores que cometí y por lo tanto en esta cosa tangible los puedo corregir y es mía, no es de ustedes, entonces yo hago con ella lo que yo quiera” y es donde yo creo que se equivoca, la verdad, porque creo que una vez que le entregas algo a una audiencia deja de ser tuya.
RLC: Creciste clase media alta, Ciudad de México, padres escritores. ¿Cómo moldea tu temperamento crecer en una familia como la que creciste?
CAM: Pues creo que hay muchas cosas. La primera es crecer en una familia estable que eso siempre moldea, yo creo, que el temperamento de la gente hacia cierta disposición de creer en la bondad y en los finales felices. Creo que es más fácil creer, tener esas convicciones. Siempre digo que las personas y los personajes se dividen entre quien cuando tenía cinco años, si se caía y se raspaba las rodillas, tenía la sensación de que alguien dentro de su casa lo iba a curar y quién no. Y eso para mí es una cosa que te da una visión del mundo. Entonces yo sí tuve la suerte de haber crecido en un lugar en donde sí tenía yo la sensación de que alguien iba a haber para curarme si me caía y me raspaba las rodillas. Creo que eso te pone en el universo en una situación de muchísimo privilegio, mucho más allá del material.
RLC: ¿Cuál es la gran lección que tomas de tu padre?
CAM: Uy, muchas. Creo que si tengo que escoger una es la disciplina y la congruencia. Creo que nadie trabaja a mi alrededor con tanta claridad y disciplina como mi papá.
RLC: ¿De tu madre?
CAM: Es muy difícil también escoger, pero si tengo que escoger es una cosa como la disposición a la alegría, la capacidad de encontrar en prácticamente cualquier situación una posibilidad de paz y de alegría.
RLC: ¿Qué es lo que hace que El Padrino sea una gran película y no sólo una buena película?
CAM: Hay una cosa que yo creo que pasa por la suerte y eso no quiere decir que no pasa por el talento de todos los involucrados, pero parte de la unión, ese talento también viene de la suerte. O sea, tenía yo un maestro que decía que uno solo puede, en el arte en general, pero sin duda en el cine, que es una cosa tan de colaboración... Era gringo, entonces estaba pensando en A B C D como calificaciones. Decía “sólo puedes aspirar a las B, las A te las dan los dioses del cine”, y creo que hay algo de eso. o sea, creo que hay algo en El Padrino que se volvió perfecto para su momento en términos del elenco, que juntó el crew, que juntó a otras... Y hay un elemento de sí, de decir “este director que eligió todas estas cosas y las puso juntas”, y hay un elemento de “esta gente existió al mismo tiempo y se topó con esta historia al mismo tiempo”, y sí, creo que es una de esas películas en donde cualquier elemento distinto las volvería menos buenas. Dicho eso, creo que lo que tiene es una historia muy universal de seducción y de… Es una clásica tragedia de alguien que está tratando de evitar su destino y se lo encuentra, y eso creo que es una cosa que siempre nos va a conmover como seres humanos.
RLC: ¿Crees que Scorsese es mucho mejor cuando hace cine gangster o cuando no?
CAM: Yo creo que Scorsese siempre hace el mismo tipo de cine, y eso es muy controversial, pero yo creo que es una controversia estúpida. O sea, yo creo que La edad de la inocencia es la mejor película de Scorsese para mi gusto, y es porque se parece mucho a Good Fellas. O sea, se parece mucho al acercamiento de una estructura social rígida en donde las reglas son muy claras y romperlas tiene consecuencias que te desgracian la vida, tiene consecuencias, digamos que de vida o muerte. Eso se puede volver una balacera o se puede volver desperdiciar todo tu potencial emocional por el resto de tu edad adulta. Las dos cosas son igual de desgarradoras para mí y creo que Scorsese en general tiende a analizar estas estructuras y estos mundos de manera muy parecida en todas sus… Incluso sus películas menos buenas. ¿Cómo se llama esa que hizo con DiCaprio? De terror.
RLC: ¿Shutter Island?
CAM: Shutter Island. O sea, realmente tiene una tendencia… Si te fijas, casi creo que todos los cineastas, todos los artistas, tienden a tener una cosa que los obsesiona y que puedes identificar en todas sus obras. Y Scorsese tiene esta manera increíble de acercarse a sistemas humanos, sus reglas, sus creadores, por qué existen, por qué son rígidos y las consecuencias que tiene salirse de esas estructuras.
RLC: ¿Recuerdas con cariño haber estudiado en la Ibero?
CAM: Sí, sí. O sea, tuve una carrera un poco rara en la Ibero a nivel social, porque hice un año allí y luego me fui un año y luego regresé. Y se te olvida cuando tienes esa edad, lo cerrados que pueden ser ciertos, de nuevo, ciertas estructuras sociales. Entonces pasó que literalmente perdí a mi generación y cuando regrese además quería ir mucho más rápido porque había perdido un año, entonces llevé muchísimas más clases que el resto de mis compañeros, entonces rara vez tuve los mismos compañeros en ninguna clase, y sí se volvió para mí un ejercicio muchísimo más académico que social, como que todo mi grupo social siguió siendo el grupo que traía de la prepa o que había hecho en otros lados, entonces, en ese sentido no tengo de la Ibero un recuerdo universitario como clásico, pero sí me acuerdo de haberla pasado muy bien y de haber aprendido mucho y de sentir que, en retrospectiva, mucho de mi aprendizaje y de mi capacidad para hacer cine vino de esos años, sin duda.
RLC: Yo también, poco a poco, me estoy reconciliando con mis años en comunicación en la Ibero, cada vez los recuerdo con más cariño. ¿Qué piensas del concepto de culpa de clase en el contexto mexicano?
CAM: Creo que es inevitable y es trágico, y es muy complicado porque nadie es responsable del lugar en el que nace, pero sin duda es responsable de las cosas que hace con su privilegio. Y creo que tenemos una responsabilidad siempre sobre quien no tuvo las ventajas que tuvimos nosotros. Siempre va a haber quien pelee en contra de eso diciendo “los problemas son problemas, no importa dónde los tengas, toda la gente tiene emociones y unas emociones no son más válidas o menos válidas porque tengas una casa grande o una casa chica”, y sí, sin duda, no estoy diciendo que no, pero definitivamente creo que hay que tener la conciencia de que no es lo mismo una casa grande o una casa chica que casa o no casa, que comida o no comida, que justicia o no justicia, acceso a la justicia o no acceso a la justicia, y creo que cada quien tiene que escoger la trinchera en la que puede pelear desde su privilegio y ya sea de manera, como pueda, tratar de hacer alguna diferencia en el mundo en el que le tocó estar, creo que es una responsabilidad.
RLC: ¿Se pueden separar la obra del artista?
CAM: Es que es una tontería hacerse esa pregunta. O sea, creo que la obra existe fuera del artista y al mismo tiempo hay cosas en la obra en donde es inevitable reconocer al monstruo, si ese es el caso, o sea, no sé cómo explicarlo.
RLC: Déjame refrasear porque quizá la pregunta es boba por tratar de ser asertiva, pero debe... O sea, ¿Puedo yo seguir escuchando a Michael Jackson o leer los libros de Roald Dahl que me gustaban cuando era niño o hay que cancelarlos por criminales y antisemitas?
CAM: Yo no creo que haya que cancelarlos por principio. Yo creo que se cancelan cuando los piensas en contexto, eso creo que en realidad es lo que quiero decir, porque no se puede... Si se puede y no se puede separar la obra del artista, entonces si escuchas Smooth Criminal en un vacío canción, cancionsaza. Si escuchas Smooth Criminal pensando que ese mismo año... Entonces la dejas de disfrutar,ahí es donde siento que es imposible separarlos. Y es inútil la pregunta en el sentido de que por supuesto que se pueden separar técnicamente en términos de que la obra existe en sí misma y se puede juzgar sin juzgar quién la hizo, y quizá el resultado es maravilloso. Ahora, si piensas en el contexto y lo conoces y no lo puedes divorciar del contexto, lo dejas de disfrutar.
RLC: ¿Cómo aprendiste a dirigir?
CAM: Haciéndolo, eso yo creo que no hay otra manera de aprenderlo. O sea, de nuevo, creo que somos una generación que creció con una conciencia muchísimo más intensa y bueno, la gente que creció, o sea, la gente mucho más joven que yo, 300 veces más con una conciencia súper clara de cómo se hacen las cosas y con un acceso brutal a todos los bits que hay de ciencia, a una bola de ideas y de libros y de muchísimo más, porque además, el cine es un arte muy reciente. Entonces, la cantidad de cosas que Scorsese pudo leer, contra las que yo pude leer, contra las que puede leer alguien de 18 años hoy, se triplican cada tres años, y claro que hay cosas que se pueden aprender en la teoría, pero creo que lo que es fundamentalmente dirigir, que es entender cuál es tu gusto y reunir a cientos de personas a caminar todos hacia ese mismo gusto, es una cosa que sólo aprendes en la práctica y que puede tener muchísimos estilos y que de repente puede ser incluso poco útil o ir en detrimento de tu capacidad ver cómo lo hacen los demás o escuchar muchas historias de cómo lo hacen los demás, porque es como ser papá o como ser amigo de alguien. Finalmente, dirigir es mucho una actividad de psicólogo y humana, entonces leer cómo un director trabaja con sus actores no te sirve de nada, tienes que saber cómo trabajas tú, con qué tipo de actor y con cuál trabajas bien y con cuál no, y hay muchas cosas que son de química. Entonces creo que esas cosas sólo se pueden aprender ejercitandolas.
RLC: ¿Y cuáles son tus estrategias para darle notas a los actores?
CAM: Mi estrategia, que no creo que le funcione a nadie más necesariamente, es que los actores no son actores, son personas y nunca vas a saber qué le funciona a cada uno si no les preguntas. Yo siempre trato, incluso cuando hago televisión, que trato con los actores durante diez días en un proyecto sobre el que no tengo mucho control ni del guión, ni de la historia, ni de quiénes son esos actores, trato reunirme con ellos y decirles “a ver, ¿A ti que te sirve? Porque hay gente a la que le sirve que le hablen mucho, yo tiendo a hablar de más. Si te molesta que te expliquen demasiado las cosas, entonces voy a hacer un esfuerzo consciente por no hacerlo”. Hay gente que le fascina, actores que les fascina, que les platiques y que les opines y que teoricen durante horas sobre el significado de esta escena o de esta palabra, yo eso lo disfruto. Hay actores que no y que no sólo no lo disfrutan, lo hacen peor si tienes esas conversaciones con ellos, hay unos que lo hacen infinitamente mejor. Y la verdad es que como director siempre estás atrapado entre el proceso y el resultado, y el proceso tiene que ser muy gozoso, por lo menos para mí, y el resultado tiene que ser el que necesitas. Entonces puedes tener un proceso muy gozoso que nunca te da el resultado que necesitas, y puedes tener un proceso que no te gusta, que obtiene exactamente lo que necesitas. Entonces es un tira y afloja entre esas dos líneas todo el tiempo. Y creo que la única manera de tener una buena comunicación con los actores es tener una comunicación con ellos y preguntarles “¿Qué te está sirviendo? ¿Qué no? ¿Qué te cae gordo? ¿Qué no? ¿En qué momento te ayudo o en qué momento te des-ayudo diciéndote estas cosas?” y luego ser muy claro cuando simplemente no estás llegando al resultado. Llega un momento en el que dices “no está funcionando, ¿Te enseño? ¿Prefieres no? Te creo ¿Cuál es tu intención? Déjame enseñarte la realidad” y eso muchas veces a los actores los sorprende porque nadie es infalible y muchas veces dicen “no, es que yo pensé que estaba haciendo tal cosa y lo veo y no, entiendo que por todos los componentes que tienen que juntarse para que la escena funcione, no estoy transmitiendo lo que según yo estaba transmitiendo, vamos a hacerlo otra vez”. Es lo bueno del cine, que siempre lo puedes hacer otra vez
RLC: Pensando que tiras en digital y que tienes un número interminable de tomas ¿Cómo sabes que la toma que acabas de grabar es la buena?
CAM: Es que no tienes un número interminable de tomas porque, en mi limitada experiencia, tenía yo muchas más tomas cuando filmábamos en película, porque... No solamente más tomas, sino mucho más tiempo, entonces aquí lo que ha pasado con el digital es que justamente como puedes iluminar mucho más rápido y puedes tirar mucho más rápido, muchas veces es más fácil no cortar y entonces seguir grabando, entrar al set a dar alguna indicación y volver a hacer otra toma, o incluso simplemente volver a hacer otra toma sin dar ninguna indicación para ver si algo pasa distinto. Y todas esas cosas vienen de que no tienes tiempo, se filma muchísimo más rápido de lo que filmaba antes. Entonces, a la mera hora no hace tanta diferencia tener pies infinitos de película. La diferencia es cuánto tiempo tienes para pensar en las cosas y en los ajustes que estás haciendo, y hay veces que simplemente es un salto de fe decir “sí, la tengo, perfecto”.
RLC: ¿Sientes que has cambiado como directora entre Las horas contigo y Cindy la regia?
CAM: Sí, claro, porque tienes muchísima más experiencia y creo que esas dos películas para mí no son en lo más mínimo comparables porque no...
RLC: No me refiero a comparar una película con la otra, sino nada más por el tiempo que ha pasado.
CAM: No, es que justamente, por el tiempo que ha pasado, pero también para mí como directora son procesos... Fueron procesos muy distintos. Es muy distinto para mí dirigir un guión que yo escribí que uno que no escribí, entonces en eso creo que... Claro, fui una directora radicalmente distinta en un lugar que en el otro, porque en uno está sirviéndote sólo a ti y en otro estás haciendo una síntesis. Además de que Cindy la co-dirigí con alguien más, entonces doblemente es una síntesis de muchas visiones y todas idealmente caminan hacia el mismo lugar, pero es distinto. Al mismo tiempo no, creo que todas estas cosas que te cuento de cómo hablar con los actores y de cómo pensar en una escena a la mera hora se tratan de pensar casi casi como en una conversación, de pensar en cómo te relacionas con otros seres humanos, y eso pues cambia tanto como cambia tu personalidad con el tiempo, que no es mucho, la verdad.
RLC: ¿Cuál es la característica esencial de Los Ángeles?
CAM: No sé si hay una. O sea, digo... O ¿cuál es la característica esencial de la Ciudad de México? Hay gente que te dirá “el caos”. Yo creo que en Los Ángeles lo que hay es el espacio. Es una ciudad expandida y eso hace que sea difícil toparse con gente en la calle, hace que sea difícil toparse con una actividad. Todo tiene que ser muy intencional en esta ciudad, creo que eso la hace muy distinta a una ciudad como Nueva York o incluso como la Ciudad de México donde te sales de tu casa y te echas a la calle y te pueden pasar cosas. En Los Ángeles no te puede pasar nada más que te quedes varado la mitad de lo que es un desierto en una esquina. Entonces, en Los Ángeles tienes que salir con intención y creo que lo mismo pasa... Como que eso se traduce a todas las cosas. O sea, creo que incluso esta versión nefastita de Los Ángeles que vemos puesta como en la idea de la industria y que todo el mundo está queriendo utilizarte para algo y que... Para mí, tiendo a verla como la versión más benévola de esa misma idea que es todo el mundo que hace cosas en esta ciudad las hace a propósito. Eso incluye también socializar y entonces eso puedes, si lo quieres ver cínicamente, se trata de usar a los demás y si lo quieres ver, más pragmáticamente, se trata de conocer gente y ver cómo pueden agregarle algo a tu vida, y eso creo que es la característica principal de Los Ángeles para mí.
RLC: ¿Qué tiene que hacer uno si pasa cuatro o cinco días de visita en Los Ángeles, más allá de lo obvio?
CAM: Uy. No, es que la cosa es que yo creo que Los Ángeles no es una ciudad para visitarla, creo que lo que tiene que hacer alguien que viene tres o cuatro días a Los Ángeles es relajarse y entender que no hay… No es una ciudad en donde haya cosas importantes que ver. O sea, creo que la gente que viene como a turistear y quiere tener como “seguro no me perdí de nada” en Los Ángeles la pasa muy mal porque todas las cosas turísticas como el Paseo de la Fama y el Teatro Chino son mucho menos interesantes de lo que has visto en las películas. O sea, son lugares muy desagradables y luego llegas y no hay nada que verles, como que te paras ahí y dices “ah okay, la estrella de fulano de tal, muy bien, se acabó la actividad”. Entonces creo que lo que hay que hacer en Los Ángeles es disfrutar de la naturaleza, disfrutar de esta cosa muy mágica de que puedes pasar de la montaña al mar en cinco segundos, comer rico y no tener esta sensación de que te estás perdiendo de algo, porque lo único que hay que hacer en esta ciudad es estar en ella.
RLC: ¿Cuál es tu película favorita de Woody Allen?
CAM: Crímenes y pecados.
RLC: ¿Por?
CAM: Me parece que tiene una ambición narrativa espectacular y la consigue entre ser muy meta y al mismo tiempo muy efectiva en su narrativa más básica, que es esta idea de este hombre que comete una atrocidad y luego no se arrepiente de ella, y al mismo tiempo tiene esta capacidad de analizar su propia película mientras la estás viendo, y que no sólo no te caiga gordo, sino que le añada al valor narrativo y de ficción. Y tiene también creo que unos cambios de tono dificilísimos de lograr que logra de manera muy efectiva.
RLC: ¿Qué es lo que hace que una comedia romántica sea buena?
CAM: Que se tome en serio. Creo que hay muchas más románticas que a mí no me gustan, pero entiendo por qué tienen éxito, como Bridesmaids, y creo que hay algo ahí de alguien, de un grupo de gente que está muy consciente de que quiere hacer algo que a ellos les parece importante, aunque sea diarrea en una tienda de vestidos de novias. Entonces a mí ese tipo de humor no me gusta, pero entiendo por qué tiene éxito, entiendo por qué se considera una buena comedia. Y creo que lo mismo pasa con todas las versiones. Las que sí me gustan... O sea, creo que Nora Ephron y Rob Reiner lo que tienen es un approach mucho más... Lo que yo llamo realismo romántico, que técnicamente es la vida, pero no, porque todo el mundo es como mucho más guapo y mucho más simpático de lo que sería en la vida, pero está hecho para que sean personas muy reconocibles, eso es lo que yo siempre he querido hacer y es básicamente como que los estás espiando o estás como pasando tiempo con ellos y eso para mí es muy importante, pero lo que tienen en común esos dos tipos de comedia es que ninguna está diciendo “ay, estoy haciendo una peliculita” que es lo que sucede cuando ves películas malas, siento.
RLC: ¿Crees que Hollywood alcanzó el punto más alto de comedias románticas en los 90?
CAM: No, no, creo que se han ido... Han ido cambiando las formas, pero creo que Fleabag… Bueno, Fleabag no es Hollywood pero...
RLC: Pero la industria, la industria.
CAM: O sea, Fleabag es una de las mejores comedias románticas que se han hecho ever. O sea, Sucedió una noche y Fleabag, y tienen 100 años de diferencia entre una y otra, entonces no, creo que las historias humanas que tienen honestidad en el centro vienen en cualquier momento.
RLC: Yo sigo regresando muchísimo a Cuatro bodas y un funeral, es como mi película de domingo en la cruda.
CAM: Es una maravilla de peli, sí.
RLC: ¿Qué es lo que más te sorprendió de la respuesta a Cindy la regia?
CAM: Sorprenderme nada. La verdad es que creo que fue la reacción exacta que sabíamos que iba a haber, que era juzgarla de principio. Y no he sido nada tímida diciendo que yo también la hubiera juzgado porque la campaña de publicidad de esa película es la cosa más atroz que he visto en mi vida, y si yo hubiera visto ese poster jamás hubiera ido a verla y si hubiera visto el trailer jamás hubiera ido a verla y hubiera considerado que es malísima. Y creo que para mí siempre fue una película que estaba hecha para, no se como decirlo exactamente, pero como para echarle un multivitamínico al postre. Osea, yo quería hacer una película grande que viera mucha gente y que dijera muchas de las cosas sobre el feminismo y el estado actual de las mujeres en México, sobre todo las mujeres con privilegio, sin que nadie se diera cuenta de que eso es lo que estábamos haciendo y creo que eso es lo que hicimos.
RLC: Y también recibió unas críticas muy buenas, muy favorables, como de, a falta de traducción, de los críticos highbrow.
CAM: Pues eso me da muchísima satisfacción porque siento que entendieron lo que estábamos queriendo hacer. Yo puedo tener muchas críticas de esta película, como tengo de todo mi trabajo, pero estoy muy orgullosa de esa película. Me parece que es una gran versión de una comedia así y me parece que tiene muchas cosas importantes que decir. Y creo que el chiste fue que, por suerte, mucha gente las vio y quienes no las vieron no importan tanto.
RLC: A mí me encantó.
CAM: Ay, qué bueno, muchas gracias.
RLC: ¿Cuál es tu comedia romántica favorita?
CAM: Cuando Harry encontró a Sally.
RLC: ¿Y la que viste más recientemente?
CAM: La que vi más recientemente... Es que es chistoso, se confunde con la televisión, de nuevo, o sea…
RLC: Se vale, se vale televisión, sobre todo ahora que tenemos televisión como comedias, la era dorada de la televisión.
CAM: Es que es muy complicado... Para mí, además, el término “comedia romántica” es un poco limitante. O sea, ¿Se puede alegar que Cindy la regia es comedia romántica? Sí, pero no necesariamente es el centro de la historia. Entonces te diría yo que la comedia romántica que acabo de ver, que me encantó, es Hacks. Técnicamente no es una comedia romántica, es una historia de amor entre dos amigas, pero pues tiene ese tono y es eso. Esa es la que se me ocurre que vi más recientemente.
RLC: ¿Qué es lo que más te gusta de la comedia de Larry David?
CAM: Hmmm. No sé qué es lo que más me gusta de la comedia de Larry David. O sea, creo que hay… De nuevo, la novedad, creo que es importante. Creo que ha creado una escuela y eso es imposible que no lo notes. Y creo que hay mucha libertad en cómo se acerca a la crítica, pero creo que lo que más me gusta quizá es su especificidad. Creo que no tiene miedo de hacer una cosa que sólo le va a gustar a él. Y así, con ese rango tan angostitito, es que le gusta a muchísima gente.
RLC: ¿Cuál es tu primer recuerdo musical?
CAM: Creo que Mary Poppins, Julie Andrews y Mary Poppins.
RLC: ¿Cuando vienes al D.F., o Ciudad de México, que es lo que haces sí o sí?
CAM: Ahorita estoy viviendo en la Ciudad México, bueno, voy y vengo, pero siempre ver a mis papás, evidentemente. Ver a mis papás y ver a mis amigas. Incluso viviendo allá creo que es lo que hago fundamentalmente, hasta antes del año que hemos tenido, el año y medio que hemos tenido, es invitar gente a mi casa, que eso lo hago muchísimo más en México de lo que lo hago en Los Ángeles, lo ubico como una actividad que hago en la Ciudad de México y me gusta mucho recibir, entonces de repente me entra este ansia como de abuelita de los 50, como de que todos mis platos hagan juego y de que mis individuales tengan sentido con mi servilletas. Derivo gran placer de ese tipo de cosas.
RLC: ¿Cómo trabajas? ¿Tratas de tener como un nine to five que tienes un horario “a esta hora escribo, a esta hora pienso, a esta hora tal”? ¿O es cuando te caiga la inspiración y pasas todo el día en pijama viendo la tele como yo?
CAM: No, creo que mitad y mitad. Es una cosa complicada porque es muy distinto cuando dirijo que cuando escribo. Entonces cuando dirijo no hay preguntas sobre cuál es la rutina. Tienes que... Por ejemplo, en producción, tienes que llegar a la oficina a las 9 y generalmente te vas a las 9, y cuando estás filmando viene una camioneta por ti a las 5 de la mañana y no es…p O sea, tienes que estar allá abajo a las 5 de la mañana, entonces no hay manera de procrastinar, qué es lo que me encanta también de dirigir, tiene esta cosa de obligación, y lo mismo que decíamos del tiempo, es como sí puedes tratar de estirar una cosa hasta que funcione y hasta que funcione, pero la realidad es que tienes cuatro horas para filmar este escena y en esas cuatro horas tiene que estar, y hay algo muy liberador en eso, la verdad, sobre todo cuando escribes también que de repente, fuera de los deadlines fuertes que son inevitables, sí se puede hacer el tiempo poroso con mucha más facilidad, creo que puede haber mucha complacencia en decir “hoy no puedo hacer esto” y al mismo tiempo sí lo hago bastante, la verdad es que no soy de esos escritores disciplinados que se sientan y están dos horas frente a la máquina, pase lo que pase, aunque no tengan nada que escribir, no. La verdad es que tengo que pasar muchos días viendo al techo o viendo la tele o sintiendo que no estoy haciendo nada, y esa culpa es lo que me lleva a hacer las cosas. Entonces, de repente, da la sensación de que escribo muy rápido. La realidad es que escribo muy rápido, es que ya que me pongo a escribir, escribo muy rápido, pero necesito mucho tiempo antes de no hacer nada.
RLC: ¿Y cómo lo haces cuando estás bloqueada? Cuando llegas a una parte tu novela o de tu película o lo que sea que ya no sabes a dónde ir.
CAM: Es que depende. Hay veces que no tienes opción si queda... Lo único que no hago es no entregar a tiempo. Si tengo un deadline yes el viernes, voy a entregar el viernes cuarenta páginas en el idioma español o inglés, lo que sea que se requiera, buenas, malas o regulares. O sea, van a existir y las voy a entregar. Entonces llega un momento en donde no tienes opción y eso te obliga a que se desaparezca el bloqueo y tal. No necesariamente van a ser las mejores versiones de las cosas, pero siempre tienes tiempo de arreglarlas.
RLC: ¿Escribes a mano o escribes en tu computadora o en una Olivetti?
CAM: No, para nada. Escribo en mi computadora lo más rápido posible. Es muy importante para mí tener la capacidad de hacer drafts rapidísimo y sin pensar. Creo que... Justamente cuando escucho a escritores que escriben a mano dicen que lo hacen porque les gusta no poder ir tan rápido como su cabeza. Yo tengo la sensación exactamente opuesta. Y obviamente escribes muchas barbaridades cuando escribes así, pero lo bonito es que luego editas, pero también, para mí, escribes muchas cosas que te sorprenden. Y entonces sí me gusta poder escribir lo más rápido posible en mi computadora todo, y luego poder borrar con gusto.
RLC: Y el control-z es importante, ¿No?
CAM: Sí, el control-z es importante.
RLC: Cuando estás investigando una película o una novela, me refiero como a tratando de inspirarte para escribir una idea que tienes ¿Te pones a leer periódicos, novelas parecidas? ¿Ves películas? ¿Cómo te…? No quiero decir cómo te inspiras, pero ¿Cómo te relacionas con el mundo que tratas de crear?
CAM: Sí, sí, sin duda leo muchas cosas que se parecen y veo muchas cosas que se parecen y cosas que no se parecen. Trato en la medida de lo posible de encontrar cosas que se parecen en estructuras, sobre todo para los guiones y sobre todo para la televisión, me gusta mucho encontrar equivalentes estructurales que tienen otro género completamente. Por ejemplo, ahorita estoy escribiendo una comedia como de ensamble con muchos personajes que cada semana nos vamos a ir enterando de quién es quién y entonces estoy viendo Lost y es perfecto. O sea, no se parece en nada, pero´... Además sí soy muy analítica, la verdad, cuando quiero pensar en la estructura de algo sí veo el piloto de Lost y escribo, como si estuviera en la primaria, cuántas escenas hay, de qué personaje, en qué momento se desató qué arco. Creo que eso es lo que pasa con los guiones comparados con la literatura, que sí puedes ver esa rigidez, y por lo tanto analizar el trabajo de otras personas con esa claridad y te da un mapa para el tuyo.
RLC: ¿Tomas nota? o sea, ¿Literalmente apuntas?
CAM: Ah sí, o sea, escribo específicamente cuántas escenas hubo, qué personajes estaban en cada escena y qué... O sea, y es fácil hacer así literalmente una pista de los arcos de cada quién ¿En qué momento habla el doctor? ¿En qué momento habla Kate? ¿En qué momento te enteras de algo nuevo? ¿En qué momento hubo un flashback? ¿En qué momento y en qué minuto? Y si lo pones todo junto entiendes perfecto el mapa estructural, dices “ok, entonces en mi versión de la cosa, misma cosa, aquí me tengo que entrar de algo” y obviamente se vuelve un poco más flexible que eso, pero ayuda muchísimo, sobretodo cuando los géneros son distintos, a pensar en hacia dónde quieres ir tú.
RLC: ¿Y todas esas notas existen? O sea, ¿Algún día la Ibero te va a pedir para la biblioteca tu archivo o las tiras cuando terminas un proyecto?
CAM: No, no, las tiro. Existen. ¿De manera ordenada? no. Y no sirven. La otra cosa es que no son útiles una vez que dejan de servir para el proyecto en el que estás trabajando. No son nada más que un mapa del piloto. ¿A quién le importa? O sea, no son muy útiles. La verdad es que creo que si alguien quisiera investigar como trabajo, la mejor manera es leer todos estos drafts rápidos que están guardados.
RLC: Sí cuenta, cuenta como archivos, cuenta como algo que puede sonar a alguna ayuda. ¿Por qué falló Lost? ¿Por qué es tan bueno el principio de Lost y tan malo el final de Lost?
CAM: Pues porque no... O sea, literalmente escribieron cheques para los que no tenían fondos. O sea, es mucho más fácil plantear un misterio que resolverlo. Ahorita no sé si viste o tu audiencia vio Mare of Easttown, esta serie de... Me encantó. No tengo ningún spoiler. Lo único spoiler que voy a dar es la respuesta al misterio es lo menos interesante de la serie y no los va a decepcionar, pero tampoco los va a emocionar porque no hay… O sea, las respuestas a los misterios generalmente no son la gran maravilla, porque no lo son y por eso las cosas genuinamente divertidas se tratan mucho más de quiénes son los personajes y por qué... Y para mí, lo que es más interesante de Mare es su relación con su mamá y su relación con su nieto y su relación con su hija, eso es lo que hace ese show maravilloso. Por eso no creo en los spoilers, y si alguien me hubiera dicho desde el minuto cero quién era el asesino de Mare, lo hubiera disfrutado exactamente igual. Y cuando llegué al final no dije “ah, ahora que lo sé, ya no podría volver a disfrutar esta serie”. Entonces creo que Lost falló porque no era una narrativa que estaba planeada desde el principio por más que trataron de hacernos pensar que sí, porque ni modo que nos dijeran “no sabemos a dónde vamos, no tenemos idea de que estamos haciendo, pero esto es lo que va a pasar, es lo que han dicho” porque es obviamente la verdad, entonces todos los números y toda la cosa, que era una promesa increíble, nunca iba a tener una respuesta satisfactoria porque era una promesa que no tenía valor.
RLC: A mí me gustó muchísimo Mare of Easttown por la construcción del personaje de Kate Winslet, pero me enojé mucho cuando llega a la casa del tipo que tiene secuestradas a las dos jovencitas...
CAM: Ahora sí spoiler alert, que conste que yo no lo dije.
RLC: Spoiler alert. Pero decía “ok, entonces llevamos tres episodios invested en estos personajes y resulta que el malvado es un wey que acabo de conocer y que se inventaron y además es como un tropo” y estuve cerca de dejar de verla, pero luego me dio como diez golpes en la cabeza esa serie. Me gustó muchísimo.
CAM: Ya, o sea, a mi lo que me pasa con eso es que justamente, me parece que lo interesante de esa escena, de ese momento…
RLC: Sí es ella.
CAM: Es ella, y para ese momento su relación con el detective. Y eso es lo verdaderamente sorprendente de esa escena, me da igual quién tiene atrapadas a las niñas.
RLC: ¿Has visto ese...? Hay un tuit muy famoso de Guillermo del Toro que dice que le gusta más Better Call Saul que Breaking Bad. ¿Viste las dos?
CAM: No, la verdad es que de Better Call Saul sólo he visto piloto y algunos capítulos sueltos, entonces no puedo hablar de manera informada.
RLC: No sé si es porque ya es como una falacia de autoridad de Guillermo del Toro, pero yo llevo ya años diciendo que es mejor Better Call Saul que Breaking Bad, pero Catalina, última pregunta. ¿Qué consejo práctico, no obvio, o sea, más allá de leer, comer, viajar, escribir y estudiar le darías a una persona de diecisiete o dieciocho años que quiere tener una carrera similar a la tuya?
CAM: Que no se angustie. Yo pasé tantos años de mi juventud que ahorita, sigo siendo joven, pero no así de joven, perdiendo mi tiempo angustiándome porque no estaba haciendo todo lo que tendría que estar haciendo. Y ahora, en retrospectiva, pienso “estaba haciendo todo lo que tendría que estar haciendo”. No sé por qué tenía tanta prisa y por qué estaba tan preocupada por llegar a no sé dónde, porque ese es el otro consejo que uno aprende con la edad, que es no hay lugar al que uno llega, en ningún sentido. O sea, de manera práctica, a William Goodman no lo contrataban después de haber hecho... O sea, no hay tal cosa como “ya, estoy en donde quiero estar”. Nunca, nunca. La persona que más admires en el mundo, si le preguntas, no, no está donde quiere estar, entonces no se angustien. Disfruten el proceso.
RLC: Catalina Aguilar Mastretta, muchísimas gracias por tu tiempo.
CAM: Muchas gracias a ti.